En esta administración se ha reducido a casi la mitad el número de células que trabajan para los grandes cárteles de la droga en México, al pasar de 80 a 43, revelan informes de la Procuraduría General de la República (PGR) obtenidos vía la Ley de Transparencia.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto “heredó” de su antecesor, Felipe Calderón, ocho cárteles y 80 células; y aunque ahora los primeros aumentaron a nueve, los segundos se redujeron 46%. A su vez, Calderón “heredó” del gobierno de Vicente Fox siete agrupaciones, de las que se desprendían 27 células, según reportes de los tres últimos sexenios entregados por la PGR a El Universal.
Además, hasta finales de abril habían sido detenidos y abatidos 93 de los 122 delincuentes más peligrosos del país, a los que esta administración ha denominado “objetivos prioritarios”. El grupo más golpeado ha sido “Los Zetas”, con 30 de sus líderes o jefes de plaza “neutralizados” por parte del gobierno federal, según documentos del organismo.
Un análisis de cifras oficiales revela que la caída de capos y la disminución de células del narco que se ha dado de 2012 a la fecha impactó en la disminución de la violencia. Datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) muestran que en el primer trimestre de 2012 fueron asesinadas 5 mil 279 personas, mientras que en el mismo lapso de este año se cometieron 3 mil 853 homicidios, 27% menos. Los secuestros y las extorsiones también bajaron en ese mismo periodo, 24% y 22%, respectivamente.
En la medida en que hay más células, afirma Raúl Benítez Manaut, experto en temas de seguridad, hay más violencia, porque éstas carecen de un mando central y actúan obedeciendo intereses muy particulares del lugar donde operan, lo que ocasiona pleitos entre ellas.
“Cuando hay un jefe, él controla a todas las células que están abajo, impide que se estén matando entre ellos y ordena el negocio. Cuando no hay un mando, éstas se empiezan a matar por cargamentos de droga, dinero, por la logística de los cárteles, las casas de seguridad”, agrega.
Estos pleitos se traducen en una mayor gama de delitos: extorsiones, homicidios y secuestros, donde las balas alcanzan a la población civil.
Benítez Manaut agrega que la disminución de células tiene que ver con las detenciones de dirigentes importantes —“objetivos prioritarios”— más que a una estrategia definida del gobierno federal.
Es claro, destaca el académico de la UNAM, que en Veracruz, Nuevo León y Baja California el gobierno ha tenido muchos éxitos, y que en Sinaloa también ha bajado la violencia, pero la situación se ha descompuesto en Tamaulipas, mientras que Guerrero es un estado completamente dañado.
Fuente:Pulso