Esta zona está situada en la parte noroccidental del océano Atlántico, entre las islas Bermudas, Puerto Rico y la ciudad estadounidense de Miami. Al unir estos tres puntos con una línea imaginaria se formará un triángulo con una superficie de más de un millón de kilómetros.
La fama mundial del Triángulo de las Bermudas se debe a una serie de misteriosas desapariciones de buques comerciales y de aviones que no dejaron rastro. En total, la región de las Bermudas registró más de 200 incidentes, entre ellos famosos casos de desaparición total.
Por las huellas de la historia
Las misteriosas desapariciones en la zona llegaron al centro de la atención pública alrededor de los años 50 del siglo pasado. Inicialmente se contemplaba el nombre de Triángulo de Miami, pero la ciudad estadounidense protestó, preocupada por un posible impacto sobre el turismo. Le siguió la variante de Triángulo de Puerto Rico, pero también provocó una oposición semejante.
En 1951 el periodista E. V. W. Jones hizo la primera mención documentada sobre el Triángulo de las Bermudas. El periodista de AP calificó de “misteriosa” las desapariciones de barcos y aviones en la zona. En 1952 George X. Sand escribió en un artículo que en esa área del Atlántico sucedían “extrañas desapariciones marinas.
El término Triángulo de las Bermudas apareció por primera vez en el año 1964, cuando varios escritores y periodistas publicaron artículos en diferentes medios acerca de la supuesta peligrosidad de la zona. Fue entonces cuando el escritor sensacionalista Vincent Gaddis utilizó la frase ‘Triángulo de las Bermudas’ en un artículo de la revista estadounidense Argosy. Un año más tarde, publicó el libro Horizontes invisibles: los verdaderos misterios del mar (Invisible Horizons: True Mysteries Of The Sea), donde un capítulo entero se llamaba “El mortal Triángulo de las Bermudas”.
Estrictamente, el Triángulo de las Bermudas no representa puntualmente una figura geométrica, es sólo un símbolo del lugar de su ubicación. Asimismo, debido a los rumores sobre la presencia de fuerzas malignas, la mayor isla del archipiélago tiene el nombre de isla del Diablo, que también se aplicaba a la zona entera.
Algunos de los caídos en la trampa del océano
Severas condiciones climáticas
El mar de los Sargazos se encuentra también en el Atlántico y casi se solapa con el Triángulo de las Bermudas. Es una zona cercada por corrientes oceánicas que cobró mala fama por la desaparición de numerosos barcos sin dejar huellas.
Las condiciones para viajar en el Triángulo son difíciles incluso para los vehículos más modernos. En el triángulo formado por las islas Bahamas y las Bermudas coinciden tres fenómenos naturales que, en conjunto, presentan un desafío para cualquier vehículo que intente pasar por la zona.
¿Puertas a otro mundo o legado de la Atlántida? Algunas de las misteriosas teorías
La enigma de numerosos casos de desaparición en el Triángulo del Diablo generó una serie de explicaciones paranormales.
Una de las teorías más disparatadas es que debajo de las aguas del Triángulo se ubica la mítica isla de Atlántida. Esta historia se remonta a 1970, cuando un buzo dijo haber visto una estructura piramidal en la zona.
Además, avistamientos de extrañas luces en el área fomentaron teorías sobre la presencia de ovnis e incluso hipótesis sobre la ubicación en este lugar de una base de ovnis bajo el agua o un posible portal interdimensional o interplanetario.
Otros suponían que los barcos y aviones se movían a través de un agujero en el tiempo, o rompimientos en el espacio. Según esa hipótesis, de vez en cuando en el Triángulo de las Bermudas se produce un fuerte campo electromagnético, lo que podría mover los objetos de un lugar y un tiempo al otro.
Ninguna de estas teorías ha sido confirmada.
¿Cómo explicará la ciencia moderna el misterio del Triángulo de las Bermudas?
En la década del 50, el nivel tecnológico y científico no permitía explicar de manera universal los peligros de la zona, pero hoy en día la humanidad posee herramientas y conocimientos más avanzados. Entonces, ¿cómo explica la ciencia moderna el misterio del Triángulo de las Bermudas?
Según un estudio realizado hace cuatro años por científicos estadounidenses, los casos de las enigmáticas desapariciones se deben a las fuertes acumulaciones de hidratos de metano en el fondo marino. El fondo en este lugar es un gran sitio volcánico que constantemente produce burbujas enormes que crecen aún más a medida que van subiendo a la superficie.
Los gases expulsados a través de esas burbujas crean tales condiciones ambientales que hacen que las naves pierdan la capacidad de mantenerse a flote.
“El hidrato de metano está en todos los océanos y se produce por la degradación de la materia orgánica que está debajo de los sedimentos. Es decir, debajo de los sedimentos, los organismos y las bacterias producen metano, que a cierta presión y temperatura, que se da habitualmente alrededor de los 500 metros en el mar, se cristaliza, como un hielo, por la mezcla con el agua”, aseguró Eduardo Alberto Gómez, el vicedirector del Instituto Argentino de Oceanografía.
Las causas del extraño fenómeno también se buscan desde el espacio. Astronautas y cosmonautas reportan que cuando vuelan sobre la zona ven “destellos”, mientras que los dispositivos no funcionan correctamente.
Las medidas tomadas por los satélites mostraron que justo encima de la anomalía se encuentra el cinturón interior de radiación de la Tierra, el cinturón de Van Allen, donde se concentran las partículas cargadas. Los científicos suponen que ese cinturón podría causar los misteriosos eventos en el lugar, como las desapariciones de aviones y naves, y la aparición de numerosos ‘barcos fantasmas’.
En 2014 el equipo del Instituto Nacional de Astrofísica de Bolonia (Italia), encabezado por el especialista Riccardo Campana, anunció que pretende, con ayuda de un satélite espacial, monitorear regularmente y medir esta misteriosa región del océano Atlántico que tiene la denominación científica de Anomalía del Atlántico Sur.
Algunos científicos insisten en que en la zona persiste una alta radiación ultrasónica. Los partidarios de esa teoría aseguran que las perturbaciones en el océano causan radiación ultrasónica a una frecuencia de 1 hasta 11 Hz, que es peligrosa para la salud humana y puede causar un trastorno psicológico (la radiación ultrasónica de 7 Hz es peligrosa para los seres humanos).