Piden ambientalistas, pequeños campesinos y defensores humanitarios abrir el “debate judicial” sobre autorización o no de la siembra genéticamente modificada para proteger la diversidad de granos nativos en nuestro país.
El abogado René Sánchez, quien ha impulsado la Demanda Colectiva que logró la suspensión por más de 24 meses de la siembra de transgénicos; aclaró que “no se firmó un ‘cheque en blanco’ con el poder judicial pero hasta el momento ha respetado los tratados en materia de diversidad biológica y campesina,” subrayó.
A dos años de la suspensión de la siembra del maíz transgénico en México, alertan que si bien la Demanda Colectiva logró la suspensión de la siembra de maíz transgénico en México e incluso la sociedad ganó la totalidad de los 22 amparos interpuestos por trasnacionales de los transgénicos e incluso el gobierno federal
El padre Miguel Concha, del Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria”, subrayó que el acceso a la alimentación “es un derecho humano” y preocupa, apuntó, “que con esto del presupuesto Base Cero que ha propuesto en actual régimen a la Cámara de Diputados, justamente se pueda atentar contra derechos sociales como la alimentación, la salud o la educación,” y que en lugar de que los presupuestos progresen para atender derechos los derechos sociales, los presupuestos vayan para atrás.”
En conferencia de prensa, Víctor Suárez, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo, reprochó que en los últimos tres años, “se haya abandonado a los pequeños productores a una situación de pobreza, con ayudas asistencialistas que son utilizadas para el control político electoral, frente a la reforma energética que ha profundizado la presión para despojar los territorio campesinos, indígenas y de la comunidad,” para la explotación de recursos petroleros.
Internacionalmente, México ha dado certeza para impedir la siembra de maíz transgénico, pero “debe ser definitivo el interés de la nación sobre su soberanía alimentaria y un consumo inocuo y autónomo de alimentos como exhorta el Papa Francisco”, apuntó el padre Concha.
El Dr. Antonio Turrent, de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, advirtió que en el terreno de la salud “la factura es inmisericorde” cuando la persona se expone a productos transgénicos por cinco o 10 años.” Y sugirió dar seguimiento a otra batalla que se da en Estados Unidos para que en el etiquetado de los alimentos se especifique el origen de los alimentos. El Dr. Turrent también recordó que uno de cada tres kilos del maíz que se consumé en México es importado y que el 90% es de origen transgénico.
Tras advertir que para la comunidad científica es irreversible que los efectos severos del cambio climático, con sus sequías y desastres se dará en un periodo menor al que transcurre en una generación, el Dr. Turrent comentó que “como nación no tiene sentido entrar al callejón sin salida que nos ofrecen los intereses multinacionales; el Estado mexicano está invirtiendo tiempo en prolegómenos interminables e inútiles,” finalizó.
Con información de: MVS