“El Chapo” escapa de Penal Federal del Altiplano

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Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, se fugó el sábado a las 20:52 horas del Penal Federal del Altiplano, confirmó la madrugada de este domingo la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).

Monte Alejandro Rubido García, titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), afirmó al punto de las 7:21 horas de este domingo que 18 elementos de diversas áreas del Penal de El Altiplano, en el Estado de México, están siendo trasladados al Distrito Federal para ser investigados.

El funcionario federal explicó que la noche de ayer transcurría normal e incluso “El Chapo” recibió su dosis diaria de medicamento.

En la revisión posterior a la fuga, dijo, se encontró un hueco en el área de la regadera de su celda de 50 por 50 centímetros, donde se halló un conducto vertical de 10 metros de profundidad habilitado con una escalera, que conducía a un túnel de más de un kilómetro de distancia. Éste estaba equipado con tubería de PVC –para facilitar la ventilación– y también con alumbrado. Además se encontró una motocicleta que deducen sirvió para extraer la tierra en la perforación.

A lo largo del túnel, expuso, se hallaron diversos objetos de construcción. El pasaje llevaba a un predio de la colonia Santa Juanita, ubicado al suroeste de la instalación penitenciaria.

De acuerdo con los protocolos de alerta del penal, añadió, se decretó la alerta roja, se aseguró a los reos y se prohibió las entradas y salidas del recinto.

También se aplicó un operativo en las zonas aledañas y se suspendieron los vuelos del Aeropuerto Internacional de Toluca.

Como titular de la CNS, dijo, se traslado al Penal de El Altiplano, para realizar las investigaciones correspondientes y se ordenó que todo el personal de ese penal permanezca en las instalaciones.

El 26 de marzo de 2014, el propio Monte Alejandro Rubido García aseguró que Joaquín Guzmán Loera no volvería a repetir la hazaña de fugarse de un centro penitenciario, como había hecho en 2001.

Durante una entrevista en el programa “Primero Noticias” de Televisa, afirmó que el líder criminal estaba “fuertemente resguardado”, por lo que no existe posibilidad alguna de que escapara como lo hizo en la cárcel de Puente Grande, Jalisco. “Tengo la plena certeza de que ‘El Chapo’ no volverá a fugar”, afirmó.

El funcionario federal explicó que el dirigente del Cártel de Sinaloa estaba sometido a vigilancia especial dentro del Penal de Almoloya, e incluso detalló que desde su ingreso había mostrado un comportamiento “tranquilo”.

DOBLE ESCAPE

Se trata de la segunda fuga del mismo capo en los últimos años. La primera fue el 19 de enero de 2001, con Vicente Fox Quesada, del Partido Acción Nacional (PAN), en la Presidencia, luego de que fuera captura en Guatemala el 9 de junio de 1993.

Ahora, en su segunda fuga, el Presidente es el priista Enrique Peña Nieto.

La segunda captura de “El Chapo”, realizada el 22 de febrero de 2014, fue ampliamente presumida por el Gobierno de la República como un trofeo. La administración federal recibió amplios reconocimientos de distintos gobiernos, entre ellos el de Estados Unidos.

Pero ahora, “El Chapo” está otra vez prófugo.

Esta nueva fuga del hombre nacido en Badiraguato, Sinaloa, se da en el marco de una visita de Estado del Presidente Peña Nieto a Francia, en la que lo acompaña gran parte de su gabinete. El mandatario arribó a París a las 5:47 horas de México, de acuerdo con el itinerario oficial. Sin embargo, el Jefe del Ejecutivo federal no ha emitido ninguna declaración en torno al escape del famoso narcotraficante.

“A las 20:52 horas del día de hoy –dijo en un boletín–, en el Sistema Permanente de Video vigilancia del Penal Federal del Altiplano I, se observó que Joaquín Guzmán Loera se aproximó al área de la regadera dentro de la estancia 20 del pasillo 2, donde habitualmente, además de su aseo personal, lavan sus enseres”.

Al prolongarse la no visibilidad del interno, agregó, “se ingresó a la celda, la cual se encontraba vacía, por lo que de inmediato se emitió la alerta correspondiente por la probable evasión del mencionado recluso”.

“Así se inició el protocolo correspondiente, con lo que se confirmó la fuga de Guzmán Loera. Por lo anterior, se ha desplegado un operativo de localización en la zona y en las carreteras de los estados circunvecinos”, expuso. “Asimismo, se han suspendido operaciones aéreas en el aeropuerto de Toluca. Conforme avancen las investigaciones del caso se seguirá informando”.

La cárcel Altiplano es una prisión federal ubicada en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, a 25 kilómetros de Toluca, la capital estatal, y a unos 90 kilómetros de Ciudad de México.

La propia CNS confirmó que ofrecerá una conferencia de prensa este domingo a las 7:00 horas para dar más detalles sobre la fuga del sinaloense.

Guzmán se convirtió en el primer y único preso que se evade de un penal de máxima seguridad. Foto: Especial.

EL NARCO MÁS PODEROSO

Nacido en 1957, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, comenzó su carrera criminal en la década de 1980 como lugarteniente de Miguel Ángel Félix-Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara, cuya detención en 1989 le llevó a fundar su propia organización en Sinaloa, su estado natal.

En junio de 1993 fue capturado en Guatemala, país del que fue extraditado a México y el 19 de enero de 2001 se fugó de la prisión de Puente Grande, estado occidental de Jalisco, a bordo de un camión de limpieza gracias a la ayuda prestada por algunos funcionarios del penal.

En ese entonces, consignó una investigación de la periodista Linaloe Flores, publicada el 19 de ener0 de 2014 en SinEmbargo, el capo no tenía fama, prestigio ni fortuna. No como ahora que, después de su segunda fuga, ha vuelto a los titulares de medios de comunicación nacionales y extranjeros.

En enero de 2001, De la vida de “El Chapo” no se desprendía nada bueno para los cuartetos de un narcocorrido: “un tipo regordete y sin estatura que no supo impedir su detención en las aguas del Suchiate, en la frontera entre México y Guatemala, que fue arrastrado por el agente de migración que dio con él, incapaz de responder un solo tiro en su defensa y entregado a la policía mexicana como un costal de carne”.

De acuerdo con la periodista, a Guzmán Loera se le veía como “un señor dado a la melancolía que cuando apareció esposado, levantó la cara para mirar fijo a las cámaras. Un ‘narquillo’ de la sierra que había sido detenido como chivo expiatorio del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido el 24 de mayo de 1993. Un capo peligroso, sí; con cierto control del trasiego de cocaína a Estados Unidos, pero tan de medio pelo que se le podía detener el impulso. Como quiera, al salir del penal, estaba sin ropa de civil y toda la libertad por delante. ¿Lograría este ser convertirse en el más buscado, más rico y más poderoso?”.

Pasaron 13 años desde que emprendió el subterfugio y desde entonces, no se encontró un minuto inútil en su biografía. Dejó de ser un don nadie y hoy es el corazón de los narcocorridos, y de las búsquedas de instancias de seguridad tanto en América como en Europa y Oceanía, hasta que llegó su más reciente detención: la del 22 de febrero de 2014, que fue considerada el mayor golpe asestado al narcotráfico en México en una década, pues Guzmán era el criminal más buscado tanto por México como por Estados Unidos.

La industria de “El Chapo”, en lugar de haberse debilitado en el sexenio pasado, cuando el entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa emprendió una guerra contra el crimen, se expandió con más fuerza. Si se siguen los números de la Procuraduría General de la República (PGR), las batallas no se dieron en su contra.

Desde su fuga, “El Chapo” se convirtió en el segundo hombre más buscado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y la Interpol, después del líder del grupo terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden.

Posteriormente a la muerte de éste, en 2011 en el ranking titulado “Los nuevos 10 más buscados”, que se elaboró a partir de una lista realizada por la revista Forbes, colocó en primer lugar a Guzmán Loera.

Esta misma revista calculó su fortuna en mil millones de dólares y para el año 2013 se le colocó en el lugar 67 entre las personas más poderosas del mundo.

En febrero de 2013 fue considerado “el enemigo público número uno” de la historia de Chicago, por encima de Al Capone, quien construyó su fama a través del tráfico de licor, cuando éste estaba prohibido.

“Ningún criminal merece este título más que Guzmán Loera, por su poder nefasto y crueldad despiadada… Comparado con ‘El Chapo’, Al Capone parece un aficionado”, expuso el presidente de la Comisión del Crimen, J.R. Davis.

¿Por qué le interesaría al Chapo la legendaria Chicago, ciudad que había superado los traumas de la mafia y sobre ello, ya desarrollaba una industria turística?

La Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA) planteó entonces que “El Chapo” era dueño del 80 por ciento del mercado de las drogas en Estados Unidos, el cual tiene un valor de 3 mil millones de dólares al año. Pero además, a Chicago, “El Chapo” la usaba –o la usa– como ciudad base para transportar sustancias a Australia. En sus informes públicos, la agencia estadounidense indica que hay un grupo encargado de realizar tal encargo en aviones privados.

El PERFIL: MIL CARAS

Un perfil criminológico elaborado por expertos para la PGR en 2005 pone al “Chapo” Guzmán como un tipo “seductor, espléndido y protector”. El diagnóstico dice que es capaz de generar “círculos de confianza” y con ello, garantiza el éxito de la estructura mediante la identificación y permanencia.

Dice también esa ficha –una de las primeras que se hicieron tras su fuga– que no es indulgente con sus detractores y no vacila en romper alianzas. Dentro del grupo, este factor no le pesa. “El Chapo” se comporta solidario con todos al grado que infunde “temor reverencial” y es difícil que alguien se le muestre rebelde. O lo contradiga.

En cuanto a la venganza, parece seguir aquello de que es un plato que se sirve frío y se come despacio. “Una de sus fortalezas es la tolerancia a la frustración, por lo que la venganza no es un hecho que ejecute con la inmediatez de una persona impulsiva. Su respuesta es calculada, pero insistente”.

¿Cómo hace daño “El Chapo”? La PGR mantiene documentado que lo hace a cuenta gotas, a sorbitos, mediante las debilidades de sus adversarios para producir el mayor efecto posible hasta acabarlos después de un largo sufrimiento.

Dice el perfil que en su realidad interna no existe la culpa porque se reconoce a sí mismo como un líder de buenos sentimientos, de modo que su rol en la organización criminal es de autor, pero sin necesidad de la operación directa, lo que lo mantiene a salvo.

Hay otro perfil. El de su personaje. Aunque en las instancias gubernamentales de México y Estados Unidos su ficha arroja que es un hombre violento, sicario improvisado, capaz de cazar personas como a venados, la población en Sinaloa, el estado de donde se fue ya adulto, tiene la imagen de un hombre más proclive a la negociación que al arma. Esa es otra habilidad para de su poderío. Lo piensan así académicos de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Mayra Lyssette Vidales Quintero, de la Facultad de Historia en esa casa de estudios, piensa que tomará tiempo precisar el legado de este narcotraficante en la nueva generación de sinaloenses. Por un lado, el personaje es un criminal, pero ha sido capaz de ser querido. Raúl Sergio González, investigador de políticas públicas y sociales en Mazatlán, opina que “El Chapo”, a veces, resulta  más una marca que no obliga a ser imitada o portada. Lo cierto –según el académico– es que guarda un respeto callado por la fascinación de la leyenda.

La hipótesis de ser amoroso la dibujó la cocinera detenida en el Penal de Puente Grande, durante su fuga. En la versión de ella se encontró la historia de un hombre que puede enamorarse de las mujeres que realizan labores domésticas, muy lejos de lo que algunos textos han difundido sobre su afición por las reinas de belleza.

 

Con información de: Sin Embargo

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