En el mundo del narcotráfico y la delincuencia, van de la mano dinero, poder, lujos, excesos y belleza.
Esta última faceta de lo que ‘viste’ verdaderamente a un criminal, la persona quien le acompaña, no se libró Rafael Caro Quintero. Su famoso affair con Sara Cosío Vidaurri Martínez es una historia que aún tiene sorprendida a la sociedad mexicana.
Pero el fenómeno de belleza y poder, juntos, no sucede únicamente en México. Pasa en todo el orbe.
Por ello este texto bien podría titularse, también: O las bellas los prefieren delincuentes…
Hay quien piensa que algunas mujeres del narco debería ser juzgadas por utilizar su belleza como un arma. Y aunque eso no sucede, no se puede negar que toda mujer vinculada al narcotráfico tiene a la seducción de su lado, y en un ámbito tan hostil, eso puede resultar benéfico.
Con información de: Excélsior