Pues verán… mmm, mejor lo cambio a “pos verán”, para que quede más adecuado al tema de hoy.
Pos verán: En un ratito de ocio que tuve el otro día, me puse a hacer un recuento de mis compadres. Tarea tan titánica tuvo que ser acompañada del apropiado combustible, y entonces, mientras me tomaba mi cerveza, llegué a varias conclusiones:
En primerísimo lugar, y gracias al Creador, descubrí que no tengo compadres abstemios. Más bien en algunos casos todo lo contrario. Y qué bueno, si no imagínense que complicación sería tener una sana convivencia. De mis comadres me abstengo de comentar al respecto, no vaya a ser que luego por andar hablando le retiren permisos a mis compadres.
En segundo lugar, caí en cuenta que la mayoría de ellos son asiduos deportistas, lo cual también es una ventaja para que mi princesa y sus bronto-hermanos tengan un mejor ejemplo que el que yo les puedo dar. Y digo, no es que yo no sea ejemplo, pero no soy ejemplar en ese aspecto de la vida y… yo creo que ese tema mejor ya lo dejamos por la paz.
En tercer lugar me di cuenta que la mayoría de ellos son asiduos seguidores del fútbol nacional. Más de uno, obviamente, tienen un vacío en su corazón desde que “descendió” el San Luis injustamente. Alguno le va al Pachuca y otro al Pumas, aunque se rumora que antaño era Americanista. El todavía recién casado tuvo que ajustar su argumento sabiamente y ahora afirma que le va a los Mineros de Zacatecas, pero ya veremos luego. Desde este espacio agradezco a todos mis compadres pamboleros la paciencia que han tenido con mi ignorancia al respecto, pero sobre todo, con mi falta de pasión y de entusiasmo. Han de saber ustedes que el último partido completo que vi de fútbol fue la final de Brasil 2014. Hay amplias probabilidades que el siguiente que vea completo sea la final de Rusia 2018, a menos, claro, que antes se dé el mítico quinto juego de la selección, pero no me puedo comprometer a nada.
Estaba en eso cuando caí en la cuenta que tengo un par de com-pa-de-res. Es decir, compadres que son seguidores de los Ti-gue-res, equipo que esta semana juega el partido de vuelta en la final de la Copa Libertadores. Les puedo asegurar que son apasionados de hueso colorado. A mis queridos com-pa-de-res, y a todos los Ti-gue-res, les deseo que venga un merecido triunfo. A mi compadre el Rayado le pido sea humilde: el fondo de la tabla no es lugar para andarse alzando el cuello; y le sugiero se solidarice por un par de horas, total, los Tigres también están rayados. A todos ellos, y al resto, les mando un saludo afectuoso y un agradecimiento por seguir siendo ejemplo para mis chamacos… casi siempre. Jajajaja. Salud.
La nota musical:
Difícil presentar una canción cuando uno está en desacuerdo con la letra. Ni modo. La música es buena y hoy la columna es para los compadres. Ahí se las dejo.
Fanáticos de bandera,
de amor por la camiseta,
hinchas de un club de primera,
con la pasión en las venas.
Solo queremos salir a jugar,
no importa el lugar, no importa el rival.
Nada es lo mismo sin fútbol, fútbol
la vida no es la misma.
No es la misma sin fútbol, fútbol
la vida no es la misma,
sin fútbol.
“La vida no es la misma sin Fútbol”, Jáuregui, Álbum: Fanáticos Club Band, 2007
Twitter: @gmomtz
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