Vecinos piden no estigmatizar a la Narvarte

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La familia Ruiz Hernández pensó que el Distrito Federal era un lugar alejado de actos violentos que sólo ocurrían en otras zonas del país. Sin embargo, la perspectiva cambio, y ahora incluso piden el cese de fotógrafos y reporteros en la zona de la colonia Narvarte, para evitar que quede con estigma del multihomicidio.

Este miércoles, amigos y familiares de Yesenia Quiroz, Nadia Vera y Rubén Espinosa acudieron al exterior del edificio luego de que estas personas fueron asesinadas, en la colonia Narvarte, y colocaron una ofrenda con veladoras, flores fotografías de las víctimas, así como cartulinas a manera de protestas por el multihomicidio.

A decir de los amigos del fotoperiodista y la activista, el crimen tiene que ver con el ejercicio periodístico y de protestas que realizaban.

Colocaron cartulinas con consignas hacia el gobernador de Veracruz, Javier Duarte; lo acusan de acosar este mismo año al fotoperiodista, “las autoridades quieren desviar la investigación, pero sabemos que el gobernador es un represor y éstas son las consecuencias de protestar contra él, no es la primera vez que lo hace y estamos seguros que no será la última”.

“Estaremos al pendiente del desenlace de la investigación, exigimos justicia y detalles a fondo del crimen, quieren decir que es robo, pero nosotros sabemos que Nadia y Rubén no tenían dinero, apenas estaban saliendo adelante, entonces no entiendo qué les pudieron robar”, comentó Daniela, activista social.

En los 20 años que la familia Hernández lleva radicando aquí, sólo había sido víctima de la delincuencia común, como robo de celulares, alguna vez de autopartes. De hecho ni si quiera los atracos fueron con violencia, por lo que no conocen ningún tipo de arma ni saben distinguir detonaciones de éstas.

Raquel, como pido ser identificada por temor a represalias y, sobre todo, por órdenes de los agentes investigadores de la PGJDF, vive con su familia en el número 1909 de la calle Luz Saviñón, donde fue encontrado muerto el fotoperiodista Rubén Espinosa y cuatro mujeres más, acto que nunca sospecharon ocurriría cerca de ellos.

“Es algo horrible, toda nuestra familia es muy trabajadora y nos tratamos de mantener al margen de todo tipo de problemas, para nosotros todo esto es nuevo, las preguntas de los policías, la investigación, que llegue gente a tomar fotos del edificio, a querernos entrevistar, que la policía entre a tu casa, todo es muy incómodo.

“Estamos temerosos porque no sabemos si confiar o no en los policías, preguntan muchos detalles que nosotros no sabemos y cuestionan entonces o dan a entender si sabemos algo o estamos protegiendo a alguien” narra la mujer, quien dice que desde el incidente sus familiares, amigos y conocidos han preguntado qué paso en realidad, algo a lo que no tiene respuesta porque no escucharon nada.

Los vecinos están renuentes a hablar sobre el tema, algunos por miedo, otros para no ser molestados y los pocos que dicen algo afirman estar libres de culpa, pues en el edificio vive mucha gente, algunos de tiempo atrás y otros sólo llegan por meses o años y se van, por lo que no conocer a profundidad quienes son los inquilinos.

Fuente: Pulso.

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