Empresas mexicanas entran al mercado de drones para apoyar agricultura y construcción

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El mercado de las aeronaves no tripuladas, mejor conocidas como drones, es algo nuevo para el país, incluso para el mundo. Aunque aún no existen datos concretos sobre el valor real que representan, un estudio realizado por la empresa de encuestas de mercado aeroespacial y de defensa Teal Group estima que todos los años se gastan aproximadamente 6.4 mil millones de dólares para desarrollar y mejorar la tecnología en las aplicaciones militares y comerciales.

De acuerdo con su informe, sólo el año pasado se gastaron 5.2 mil millones de dólares en todo el mundo, y la expectativa es que llegue a los 11.5 mil millones, lo que totaliza casi 91 millones de dólares en los próximos diez años.

Aunque en la actualidad los drones son utilizados de diferentes formas, desde la recreación hasta la seguridad, también tienen fines como vigilar o espiar desde el cielo. Sin embargo, las industrias de la agricultura y la construcción se han beneficiado de esta tecnología para sobrevolar los campos u obras y con ese monitoreo implementan su producción, reducen tiempos y costos.

En México existen al menos dos empresas que venden estos aparatos para realizar esas prácticas relativamente innovadoras.

“De acuerdo con estudios internacionales y del país, el mercado que más promete dentro de los drones es la agricultura de precisión porque ese sector quiere crecer, siempre estará. La interpretación de las imágenes que toma el drone permite tomar decisiones para que el cultivo produzca más”, afirmó a SinEmbargo Jorge Alberto Ortega, director general de la compañía de drones queretana Quetzal Aeroespacial.

Para realizar la denominada agricultura de precisión se necesita un drone que soporte una cámara multiespectro. La aeronave despega y vuela alrededor de todo un campo de cultivo para detectar la salud de los plantíos.

“Se hace un levantamiento automatizado por medio de un drone, a través de una computadora se le marca una ruta por todo el campo donde va tomando fotografías a modo de cuadrícula. Estas fotografías, ya juntas, hacen un mapeo de todo el campo y junto con el análisis de la salud de cada planta se detecta dónde hace falta agua o algún fertilizante”, explicó en entrevista a este medio Alejandro Mendivil, director de Drone LabMéxico.

Los clientes más interesados en esta práctica para implementar la producción agrícola, coinciden los dirigentes de ambas compañías, son de estados del norte como Nuevo León o Sonora. Son agricultores o centros de investigación privados. “Es un tema muy nuevo sobre todo aquí en México y se está empezando a explorar”, cuenta el presidente de Quetzal Aeroespacial.

AGRICULTURA DE PRECISIÓN

Monitoreo de cultivos. Foto: Drone LabMéxico.

Hace tres años un equipo de ingenieros, técnicos y diseñadores industriales de Guadalajara, Jalisco, se percató del auge de las fotografías aéreas. Posteriormente fueron creciendo hasta iniciar Drone Lab México, una compañía encargada de diseñar, construir y programar aviones no tripulados que ayudan a mejorar las labores de cualquier persona, empresa o industria.

Los equipos que venden para la agricultura de precisión dependen de la necesidad de cada cliente. En algunas ocasiones utilizan un helicóptero de cuatro motores, los más baratos, pero también ofrecen de ocho motores con un peso de ocho kilos ya con la cámara multiespectro que vuela alrededor de 40 minutos. También venden uno más chico de seis motores que pesa cuatro kilos y medio, y vuela aproximadamente 15 minutos. Todo depende del tamaño del campo o el objetivo del proyecto.

Drone LabMéxico también ha trabajado con protección civil para búsqueda y rescate de personas; con empresas de seguridad privada para sustituir recorridos de patrulla en zonas residenciales; con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la supervisión de torres de alta tensión (visual y si hay sobrecalentamiento), lo cual, subraya Alejandro Mendivil, reduce accidentes y tiempo. “Optimiza llegar a lugares de muy difícil acceso en cuestión de minutos”.

Quetzal Aeroespacial cuenta con los drones QAE-108 light (peso 7 kilogramos), light LD (peso 9 kilogramos y pueden volar 90 minutos) y están diseñando el FB (24 kilogramos con duración del vuelo de 2 horas y media). Para la agricultura de precisión usan el de diseño propio, el light LD que trae una cámara multiespectral integrada que toma las imágenes.

Esta compañía con sede en Querétaro surgió a partir de que un grupo de estudiantes de Ingeniería Aeronáutica del Instituto Politécnico Nacional (IPN) participaron en el 2009 en Brasil en un concurso sobre diseños de aviones a radio control. En el 2009 y el 2010 también compitieron en Estados Unidos.

Esa experiencia académica los impulsó a emprender un negocio dirigido al sector civil. Al principio, cuenta su director general, planeaban la fotogametría para hacer mapas, pero a raíz de un estudio de posprectiva y de mercados descubrieron la agricultura de precisión realizada en otros países con aviones tripulados o satélites. “Detectamos un mercado con potencial y alcanzable”, asegura.

TOPOGRAFÍA Y CONSTRUCCIÓN

Topografía y construcción. Foto: Drone LabMéxico.

Drone LabMéxico y Quetzal Aeroespacial permiten a sus clientes utilizar los drones en topografía y construcción para realizar mapeos, diseños tridimensionales de construcciones o de terrenos, planos de altitud, supervisar la obra o medir ciertas distancias de detalles de la obra.

“Son resultados muy precisos obtenidos de forma automática. Los modelos empleados dependen del presupuesto del cliente, el tamaño del terreno y la distancia que se debe recorrer”, afirma Alejandro Mendivil.

Para ello se han acercado constructores y empresas de topógrafos de Jalisco, de la Ciudad de México, de Morelos, de Veracruz, “muy variado”, dice.

La fotogametría se ha hecho desde hace años con aviones tripulados, agrega Jorge Alberto Ortega. La innovación, dice, es hacerlo con drones y lo interesante es la cámara precisa con imágenes mejores, y la reducción de costos de operación.

PERMISOS Y REGULACIÓN

Desde abril pasado, el uso recreativo o comercial de las aeronaves no tripuladas es regulado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Independientemente de su peso, los drones sólo pueden volar en el día, salvo con autorización para hacerlo de noche, y en áreas que no sean clasificadas como prohibidas, restringidas o peligrosas. En ellos no deben trasladarse mercancías peligrosas o ilícitas.

Su uso se limita a al menos 9.2 kilómetros de distancia de aeropuertos controlados, a 3.7 kilómetros de aeródromos no controlados, y a 900 metros de helipuertos. Además, nunca deberán operarse desde vehículos en movimiento.

Los drones que tengan un peso máximo de 2 kilogramos (micros) podrán volar sin necesidad de una autorización de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), aunque si su uso es con fines comerciales, debe cumplir con ciertas condiciones, incluyendo un seguro de daños a terceros.

Los que pesan de 2 a 25 kilogramos (ligeros), cuando su uso es recreativo, pueden ser operados sólo dentro de clubes de aeromodelismo.

Para operar los drones de más de 25 kilogramos (pesados) se debe contar con una licencia de piloto para poder operarlos y sólo pueden volar en términos y condiciones autorizados por la DGAC.

“Desafortunadamente el operador del equipo, el que lo va a volar es el que tiene que hacer el trámite para sacar su licencia de vuelo. Lo que hacemos nosotros con nuestros clientes es dar parte de la documentación que se necesite: los procedimientos de vuelo y especificaciones técnicas de los equipos para que ellos sólo vayan y los den. Es lo más complejo, las especificaciones del aparato”, expuso a SinEmbargo el director de Drone LabMéxico.

Por su parte, Quetzal Aeroespacial, dice su director Jorge Alberto Ortega, se ha acercado mucho a la SCT a través de la DGAC. “Metimos un plan de certificación para respaldarnos en cuestiones de legislación y mostrar que el aeronave es segura para volar”.

ASOCIACIÓN MEXICANA DE DRONES

Alejandro Mendivil, de Drone LabMéxico, estuvo presente en la sexta sesión del Campus Party en Jalisco, con más de 15 mil asistentes, donde los drones fueron el tema central. Durante el evento, el viernes 24 de julio se formó la Asociación Mexicana de Drones, la cual será dirigida por Edwyn Gómez, fundador de Drone Project.

Se creará un padrón para saber quién y en qué se ocupan los drones de los miembros. Drone LabMéxico planea ser uno de ellos. El objetivo, cuenta en entrevista con el portal, es ponerse de acuerdo en cuanto a precios, cooperar para el desarrollo de la industria, así como compartir conocimientos. ”Hay muchas cuestiones que se tienen que definir en la industria de los drones”, concluye.

En la empresa queretana Quetzal Aeroespacial están más enfocados en el desarrollo tecnológico, pero buscan ser asociados de la internacional. Además cuentan con una red tecnológica de trabajo que se compone de universidades, centros de investigación, empresas como Microsoft y parte gubernamental como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

 

Con información de: Sin Embargo

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