“No a las adopciones entre parejas gays”

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“Hay valores y los niños necesitan tener la figura paterna y materna”.

Ciudad Valles.- “Toda persona es apta para dar amor, nacimos para amar, para eso nos creó Dios, pero también hay que entender que en la sociedad hay valores y tenemos que ver que la familia es un vínculo muy importante para las personas y debe ser respetado, los niños necesitan tener la figura paterna y la materna”, expresó el sacerdote, Rodrigo Vega Conde.

Lo anterior luego del dictamen que emitió la Suprema Corte de Justicia de declarar inconstitucional una Ley del Estado de Campeche que prohíbe la adopción a las parejas del mismo sexo.

Señaló que las personas del mismo sexo podrían dar a los niños, amor, educación y muchas cosas buenas, pero nunca la familia, pues ésta se forma del papá, la mamá, y los hijos, “…pero cuando se habla de dos personas del mismo sexo, qué papel podría jugar cada uno, la cuestión es cómo se va identificar el niño o niña con ambos”.

“Yo siempre he dicho, la Iglesia va a respetar a todas las personas, pero hay que entender que hay cosas que no se pueden quebrantar, ni se puede desaprobar o ir en contra de la Ley de Dios”, expresó.

Dijo que Dios nos dio inteligencia y sabiduría y todos sabemos lo que es bueno y lo que es malo, incluso las personas que quieren adoptar saben ellas en conciencia que podrán dar amor y muchas cosas, pero hay otras que no podrán suplir como el apego materno, los cuidados hacia el hijo y otras.

“Además cuando éste sea adolescente o joven estará agradecido a quienes lo criaron o lo cuidaron, pero siempre les hará falta el cariño materno y paterno, los cuales son uno complemento”.

Refirió que quienes quieren adoptar no deben ser egoístas, “…a veces pensamos en nuestra felicidad, en querer tener un hijo, pero no se piensa en las consecuencias que sufrirá el niño o niña adoptado”.

Mencionó que Dios nos dio libertad y voluntad, cada quien puede hacer con su libertad y con su vida lo que quiera, pero hay cosas que debemos entender y no se pueden quebrantar, la Ley de Dios.

“Una cosa es que la sociedad acepte el matrimonio entre parejas del mismo sexo, pero otra cosa es la adopción, ahí entra la libertad y la voluntad, la Iglesia no va a juzgar, nosotros no podemos juzgar a nadie, el único que nos va a juzgar va a ser Dios, pero la Iglesia va a señalar lo que está bien y lo que está mal”, concluyó.

 

Fuente: Pulso

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