El problema de orinar en público ha llegado a ser tan grave que las autoridades pusieron a prueba la pintura ya usada en paredes de Hamburgo.
SAN FRANCISCO, 13 de agosto.- Orinar en público se ha convertido en tal inconveniente en San Francisco que las autoridades se vieron en la necesidad de pintar nueve muroscon una pintura repelente que hace rebotar la orina sobre elinfractor.
Es la medida más reciente para lidiar con un problema crónico.
Mohammed Nuru, director del departamento de obras públicas de San Francisco, dice que los contraventores se arrepentirán después de un solo intento. “Si tienes que ir, busca el lugar adecuado”, sentenció.
Nuru siguió el ejemplo de Alemania, donde los muros en el sector St. Pauli de Hamburgo están pintados con ese material para estimular a los bebedores nocturnos a buscar un mingitorio en vez de orinar en la calle.
El problema ha sido tan persistente en San Francisco que recientemente un poste corroído por orina cayó recientemente sobre un automóvil. La municipalidad parece ser la única en la nación que usa Ultra-Ever Dry, de una empresa con sede en la Florida, y ya ha recibido una serie de consultas sobre los resultados.
Estamos recibiendo llamados de todos sitios: Washington DC, Hawai y Oakland”, afirmó Nuru, cuya dirección en Twitter es @MrCleanSF.
Los posibles contraventores reciben advertencias mediante carteles sobre las consecuencias de orinar en las paredes protegidas y en propiedades privadas.
También se están intentando otros métodos. Se han movilizado varios mingitorios a energía solar en varias calles de la ciudad.
El problema constituye una preocupación para la salud pública, afirmó Kevin Sporer, superintendente de la oficina de reparación de edificios.
La nueva pintura está dando resultados. “Hay mucho menos actividad y el resultado es visible”, dijo.
La pintura y su aplicación han costado a la municipalidad unos pocos centenares de dólares, en contraposición a los 80 dólares la hora que cuesta limpiar muros y aceras a vapor.
Orinar en público es ilegal, pero una multa de hasta 500 dólares aprobada en San Francisco en 2002 ha tenido poco éxito.
Fuente: Excelsior