No es fácil ser Lady Gaga. Eso de tener que parecer rara y original todo el tiempo para impresionar a la prensa y a todos los fans resulta agotador.
Tan demandante debe ser su ajetreada vida, que a veces no se fija por dónde camina… y da el azotón.
Y es que Lady Gaga fue a cenar al restaurante Pump Lounge, de su amiga Lisa Vanderpump. La cantante, fiel a su costumbre, fue ataviada con un look ridículo estrafalario, de esos que acostumbra: Túnica de terciopelo negro con tacones altos.
Iba muy en su papel de diva inalcanzable, queriendo dar el gatazo de que es una mujer misteriosa pero sofisticada, cuando de pronto el destino la regresó de golpe a la Tierra.
No sabemos si la traicionaron sus tacones, si usar lentes obscuros en plena noche le pasó factura, o si de plano traía sus alcoholes de más, el chiste es que por andar de azotada la Gaga terminó en el suelo cuando quería subirse al auto convertible que ya la esperaba.
Eso sí, se paró en friega, y mostrándose muy digna se aguantó las ganas de chillar y sobarse.
¡La bajada es por atrás! (Hasta parecía Papa llegando de visita a otro país).
Fuente: Sopitas