La continuidad del incendio y la sucesión de nuevas deflagraciones en la terminal de contenedores que explotó el miércoles en el puerto de Tianjin, al norte de China, prolongan la tragedia tres días después de la catástrofe, agudizada por el temor a una eventual contaminación química.
Pese a que el fuego en el almacén fue declarado ayer “básicamente extinguido”, las autoridades locales aseguraron que el espacio volvió a incendiarse este sábado, y que también se produjeron nuevas explosiones de menor intensidad, según la agencia oficial Xinhua.
Semejantes circunstancias dificultan la tarea de un equipo de 70 soldados especialistas en materiales químicos que entraron hoy al epicentro de las dos potentes explosiones ocurridas el miércoles casi de forma simultánea y que han causado hasta ahora 85 muertos, más de 700 heridos y un número incierto de desaparecidos.
Los expertos proporcionaron el único momento de esperanza de la jornada cuando rescataron a 50 metros del centro de las explosiones a un superviviente de unos cincuenta años, aún consciente, quien fue inmediatamente trasladado a un hospital de la ciudad.
Aunque todavía no se ha establecido qué produjo las explosiones, la hipótesis más contemplada es que se debieron al contacto de los productos químicos almacenados en los contenedores con agua empleada por los bomberos para apagar un incendio previo del almacén.
“Logramos controlar la expansión del fuego, pero los contenedores explotaron de repente, unos quince minutos después de que empezáramos a disparar agua”, dijo hoy al diario “Global Times” Yang Kekai, uno de los bomberos que acudieron a apagar el incendio, recuperándose en el hospital del impacto de las explosiones.
Uno de los componentes químicos podría ser cianuro de sodio, altamente tóxico, publica el periódico “Beijing News”, si bien Gao Huaiyou, subdirector de seguridad laboral del gobierno de Tianjin, no quiso confirmar hoy esa información en una rueda de prensa.
Además del cianuro de sodio, altamente tóxico e inflamable al contacto con agua, se estima que había almacenados otros químicos, como nitrato de amonio, nitrato de potasio y carburo de calcio.
Debido a las nuevas explosiones y al temor a una eventual contaminación química, las autoridades chinas ordenaron hoy evacuar a las personas en un radio de tres kilómetros alrededor del epicentro de las explosiones, según publicó Xinhua, que luego desmintió en su cuenta de Twitter que hubiese sido una orden gubernamental.
Ese vaivén informativo, así como la opacidad por parte de las autoridades y de la compañía propietaria de la terminal, Rui Hai International Logistics, que no ha ofrecido declaraciones, provocaron hoy la furia de algunos familiares de los bomberos desaparecidos tras el accidente.
Con 21 bomberos entre los 85 fallecidos, parientes de los al menos trece desaparecidos de ese cuerpo, la mayoría muy jóvenes (el viernes se rescató con vida a uno de 19 años), criticaron hoy la desinformación oficial a las puertas del hotel Mayfair de Tianjin, donde las autoridades comparecen ante los medios.
En medio de estas críticas y de las de miles de internautas chinos que piden en Weibo, el Twitter del país asiático, conocer la verdad de lo ocurrido, el régimen chino anunció hoy el cierre o suspensión de más de 360 cuentas de redes sociales por divulgar rumores sobre las explosiones.
Algunos, dicen, como que “el gas tóxico va hacia Pekín” o que “no hay supervivientes en un kilómetro a la redonda del lugar de la explosión”.
En cambio, Guo dijo hoy que se “han tomado medidas para prevenir desastres secundarios”, como utilizar peróxido de hidrógeno para reducir las cantidades de cianuro de sodio, si bien no quiso confirmar que el químico estuviera en los contenedores.
Bao Jingling, ingeniero jefe de la oficina medioambiental de Tianjin, afirmó también hoy en una rueda de prensa que la calidad del aire en la zona era entre buena y levemente contaminada, mientras la densidad de cianuro de sodio en el agua es dos veces superior a lo que se considera normal.
La diseminación subterránea de cianuro de sodio, utilizado, por ejemplo, en la industria minera para extraer oro y plata o para la fumigación, es una de las principales preocupaciones, ya que su inhalación o ingestión puede resultar fatal al interferir con la capacidad del cuerpo para administrar el oxígeno.
Se desconoce todavía si la compañía Rui Hai International tenía licencia para almacenar químicos tan peligrosos en la terminal de contenedores de una zona nueva del puerto de Tianjin, el más potente del norte de China.
Fuente:Pulso