Un suicida mata a un ministro regional y a otras once personas en Pakistán

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El titular del Interior de la provincia del Punyab, Shuja Khanzada, y otras once personas murieron hoy en un ataque suicida con bomba en la casa del político, en uno de los mayores atentados en Pakistán desde la matanza en un colegio de Peshawar.

El atacante suicida hizo explotar las bombas que portaba cuando Khanzada mantenía un encuentro político a media mañana local en su casa de la localidad de Shadi Khan, dijo el consejero del Gobierno del Punyab, Syed Elahi, al canal público Pakistan Television.

La explosión provocó el derrumbe del techo y de parte del edificio, lo que dejó a un número indeterminado de personas atrapadas bajo los escombros, entre ellos al político, cuyo cuerpo fue recuperado más tarde.

El portavoz de los equipos de rescate, Shehnaz Deeba, confirmó a Efe que doce personas, incluido el político, murieron en el ataque y otras 25 resultaron heridas.

De entre los escombros fueron rescatadas diecisiete personas, y las autoridades desconocen el número de los que quedan bajo los edificio, afirmó Deeba.

Ningún grupo insurgente ha reclamado la autoría del ataque.

Una fuente del ministerio de Interior dijo a Efe a condición del anonimato que sospechan del grupo Lashkar-e-Jhangvi (LeJ), que ha reivindicado varias matanzas contra minorías en Pakistán y cuyo líder, Malik Ishaq, fue abatido junto con dos de sus hijos a finales de julio por las fuerzas de seguridad.

Khanzada, que ocupaba el cargo desde octubre de 2014 en la provincia más grande y más rica de Pakistán y feudo del primer ministro, Nawaz Sharif, había informado recientemente de la movilización de grupos insurgentes en su territorio y recibía amenazas.

Las amenazas aumentaron tras la muerte de Ishaq, y las fuerzas de seguridad aconsejaron a Khanzada que aumentara las precauciones, de acuerdo con la fuente.

El primer ministro paquistaní condenó el “ataque terrorista” y expresó su “dolor” por la muerte de Khanzada y el resto de víctimas.

“Los terroristas serán perseguidos hasta su último refugio y serán eliminados”, afirmó Nawaz Sharif en un comunicado.

Por su parte, el jefe del Ejército, Raheel Sharif, declaró en un comunicado: “Estos ataques cobardes no nos detendrán a la hora de eliminar la amenaza del terrorismo. Su muerte no será en balde”, en alusión a Khanzada.

Se trata de uno de los ataques con mayor calado político desde el asalto por parte del principal grupo talibán del país, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP) a una escuela el 16 de diciembre en el que murieron 151 personas, entre ellas 125 estudiantes en Peshawar.

Aquel ataque estuvo motivado por la ofensiva que en junio de 2014 lanzó el Ejército contra los grupos insurgentes en Waziristán del Norte, tradicional bastión talibán, que ha causado la muerte de más de 2.700 insurgentes, y aún continúa.

Tras la matanza de Peshawar se intensificaron las operaciones militares contra los grupos islamistas radicales armados.

El número de ataques insurgentes ha disminuido a su nivel más bajo en seis años tras el comienzo de la ofensiva, según el centro de investigación Instituto de Pakistán de Estudios sobre Conflictos y Seguridad (PICSS) ,que sigue la actividad insurgente en el centro, el sur y el oeste de Asia.

El ataque de Peshawar llevó a Sharif a poner punto final a la moratoria a la aplicación de la pena de muerte en el país que se seguía desde 2008 y al establecimiento de tribunales militares para los casos de terrorismo, una decisión que fue recientemente avalada por el Tribunal Supremo del país.

Desde entonces unas 200 personas han sido ejecutadas y a mediados de este mes los últimos en ser condenados a la horca por tribunales militares han sido seis insurgentes por la matanza de la escuela de Peshawar.

Fuente: Sin Embargo.

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