Por Ricardo Ariceaga.
El pasado Lunes, el director de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el Arq. Manuel Fermín Villar Rubio, dio la bienvenida oficial ante más de mil 300 alumnos de nuevo ingreso, representantes de las 95 carreras que ofrece dicha universidad. El total de alumnos aspirantes este año, según fuentes oficiales, fue de 13 mil 800 aspirantes, de los cuales solo tendrán oportunidad de ocupar un lugar en esta máxima casa de estudios un poco más de la mitad, 7 mil 058 alumnos. Las carreras que más demanda tuvieron, fueron: medicina, derecho, arquitectura, psicología, enfermería y nutrición. Esto deja a más de 6 mil 400 aspirantes a la deriva, algunos, los que se encuentren en posibilidades económicas, buscaran lugar en alguna institución privada, otros volverán a intentar el próximo año dentro de la UASLP; y los más, posiblemente se vean en la necesidad de integrarse al campo laboral. En esta misma ceremonia, el presidente de la Federación Universitaria Potosina, Guillermo Rivera Morales advirtió al alumnado que recién comienza sus estudios superiores, que “pasarán por tiempos difíciles” y que “deben saber que tienen que luchar para cumplir sus metas”
Pero, ¿Cuál es el panorama, para los 7 mil 058 alumnos que sí fueron aceptados y que ahora comienzan con sus estudios universitarios?
Según datos de la OCDE, en 2012, México lideraba en primer lugar, Junto con Turquía, la lista de países con mayor índice de deserción de la educación superior, con un 38%, siendo las principales causas: el reprobar materias entre alumnos pertenecientes a familias con alto poder adquisitivo; La falta de dinero para transportes, útiles o materiales entre alumnos de escasos recursos; Y también el embarazo de jóvenes estudiantes, no sólo de las mujeres sino también de sus parejas, los padres del futuro bebé. Además que las tasas de desempleo en México son más altas para egresados universitarios (4.6%) que para mexicanos con estudios por abajo del bachillerato, según lo detalló Gabriela Ramos, Directora del Gabinete y Sherpa de la OCDE ante el G20
Para el 68% restante, los 4, 800 alumnos que logren concluir satisfactoriamente con sus estudios universitarios, el panorama no es sencillo.
Acorde con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, para agosto de 2015, en el estado de San Luis Potosí, del total de 2 millones 750 mil 399 habitantes: El 28.2% son personas menores a los 15 años. El resto, está considerado como población en edad de trabajar, entre los cuales el 30% del total de la población, se encuentran económicamente inactivos. Mientras que dentro de la población económicamente activa, el 1.2% del total se encuentran desocupados, 2.8% se encuentran ocupados pero sin pago o en “otros”, el 10.4% prefieren trabajar por cuenta propia, 1.8% corresponde a empleadores y el 25.6% corresponde a aquellos que realizan un trabajo a cambio del pago de un salario.
Simplificando los datos, podemos decir que San Luis Potosí se divide en cuatro grupos principalmente: El primero y también mayor, el de la población económicamente inactiva, seguido por la población menor a 15 años, y un tercer grupo que se encarga de brindar el principal sustento económico a los dos anteriores, que es el de la población económicamente activa, ocupada y asalariada. El cuarto grupo corresponde a empleadores, trabajadores por cuenta propia y otros.
Uno de cada cuatro potosinos se desempeña laboralmente desarrollando un trabajo a cambio del pago de un salario, más de una cuarta parte de este grupo (27.5%), recibe de 1 a 2 Salarios Mínimos, es decir, entre los $ 2, 100 y los $ 4, 200 pesos mensuales, de los cuales deben derivarse gastos de manutención, educación, transporte y vivienda, entre otros, resultando, la mayoría de las veces una cantidad insuficiente para cubrir las necesidades de una familia en el día a día, obligando a los demás miembros a buscar otras fuentes de ingresos. Otra cuarta parte (26%) percibe ingresos por más de 2 S.M. a 5 S.M. lo que equivale entre $ 4, 201 y $ 10, 242 pesos mensuales. Dentro de la población económicamente activa que se encuentra ocupada, el 10% no recibe ingresos por su trabajo, el 16.8% recibe menos de un S. M., el 3.7% más de 5 a 10 S. M., y solo el 1% percibe más de 10 S. M. El 15% no especificó.
El alumno egresado de una universidad, se enfrenta a un mundo laboral altamente competitivo, en dónde las oportunidades son contadas y se las lleva el mejor adaptado y más preparado. Un medio laboral que favorece más a aquellos que no cuentan con una educación media superior que a los que cuentan con educación superior. Sin embargo, el egresado de una institución de educación superior, tiene acceso a trabajos mejor remunerados y al reconocimiento de la sociedad como un profesionista.
En un estado en dónde el índice de pobreza es de casi el 50% de la población, es responsabilidad del gobierno, ocuparse en temas como la creación de empleos, la dignificación del salario, brindar acceso a la población a servicios básicos de salud y de seguridad social, vivienda, entre otros.
Twitter: @RAriceaga