James Holmes es sentenciado a cadena perpetua sin libertad condicional, luego de que el jurado no pudo ponerse de acuerdo sobre la pena de muerte.
James Holmes fue sentenciado hoy a cadena perpetua sin libertad condicional, tras haber sido declarado culpable de disparar en un cine de la comunidad de Aurora, un suburbio de Denver, Colorado, en julio de 2012 y matar a 12 personas y lesionar a más de 50.
Holmes, de 27 años de edad, había sido declarado culpable el pasado 16 de junio por un jurado de una Corte Estatal de Colorado de los 165 cargos de asesinato e intento de asesinato formulados en su contra.
Este miércoles, el juez estatal Carlos A. Samour Jr. lo sentenció a cadena perpetua sin libertad condicional, la única opción disponible luego de que el jurado que lo declaró culpable no pudo ponerse de acuerdo sobre si debía ser condenado a la pena de muerte.
La sentencia se dicta a más de tres años de la masacre, considerada como una de las mayores registradas hasta ahora en este país.
La noche del 20 de julio de 2012 Holmes ingresó a la Sala nueve del Complejo de Cines Century en Aurora, en la que se exhibía la premier de la película Batman “The Dark Knight Rises” y disparó una ametralladora AR-15 matando a 12 personas y lesionando a 58 más.
La más joven de las víctimas fatales, Verónica Moser Sullivan, tenía seis años de edad.
De acuerdo con las autoridades, Holmes realizó el ataque luego de haberlo planeado meticulosamente durante meses.
Holmes escribió sus planes en un cuaderno que luego hizo llegar a su ex psiquiatra de la Universidad de Colorado, y en el que detalla las características de la sala de cine y las maneras bajo las cuales podría impedir que las víctimas escaparan.
Según las investigaciones, Holmes ingresó al cine cubierto con una armadura de los pies a la cabeza y con tres armas de fuego, portando cientos de cartuchos de munición, la mayor parte de los cuales no utilizó, debido a que su ametralladora AR-15 se atoró, según las autoridades.
En los escritos y en conversaciones con los psiquiatras después del tiroteo, Holmes explicó que cometió el ataque porque quería mejorar su “capital humano”, una teoría de su propia invención, bajo la cual el tomar la vida de otra persona aumentaría el valor de la suya.
Holmes, quien estudiaba un doctorado en neurociencias en la Universidad de Colorado, se declaró inocente por razones de demencia y sus abogados argumentaron que la motivación para el ataque se había basado en una ilusión provocada por una enfermedad mental grave.
Sin embargo, los fiscales pudieron mostrar y convencer al jurado en julio pasado que Holmes había dejado evidencias escritas de que sabía con plena conciencia que lo que estaba planeando estaba mal.
Fuente: Excélsior