Pese a infidelidad, en muchas ocasiones las parejas tienden a perdonar la acción, sin embargo “después ya no es lo mismo, y siempre va a estar esa sombra”, valoró el vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Juan Jesús Priego Rivera.
Sentenció que una pareja al casarse por la Iglesia Católica asume ante Dios la responsabilidad de ser fiel a su esposo o esposa, por ello debe cumplir su palabra.
Expuso que si bien la mujer o el hombre se perdonan, cuando observan posibles indicios de otra relación fuera del matrimonio vuelve la desconfianza.
Asentó que las relaciones extramaritales nunca podrán ser justificables aunque existan problemas familiares o económicos.
“La infidelidad es la ofensa al matrimonio que más lo sacude interiormente, que más lo destruye; lo corroe. Es muy difícil que una persona que ha sido traicionada vuelva a confiar plenamente”, dijo.
Fuente: Pulso.