El Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO) fortalecerá sus líneas de acción para impulsar proyectos enfocados a la producción y el uso de energías renovables en el campo mexicano, así como cuatro prioridades de trabajo: biofertilizantes, cuidado de los acuíferos, agricultura de plantación social –cultivos perennes y proyectos estratégicos para la comercialización.
El titular de la Delegación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Alejandro Cambeses Ballina, dijo que los proyectos para la generación de energías renovables del Fideicomiso tendrán entre sus prioridades impulsar empresas –de pequeños y medianos productores- que desarrollen energía fotovoltaica, aprovechen la biomasa que arroja el mar a las playas para la producción de bioenergía, así como la instalación de infraestructura en unidades productivas pecuarias que permitan producir biogás.
Bajo los preceptos de “Eficiencia, Equidad y Sustentabilidad”, el FIRCO –órgano desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)- tiene entre sus objetivos transitar como promotor de créditos con el acompañamiento de la banca de desarrollo, banca privada, productores y organismos internacionales.
Mencionó que la esencia del impulso a nuevos esquemas radica en fortalecer el concepto de riesgo compartido, que sumado con incentivos, capital de riesgo y crédito, permita detonar proyectos de mayor calado en el campo mexicano.
Se destaca la participación del FIRCO en proyectos de aprovechamiento de fuentes de energía renovable para energía fotovoltaica, los cuales representan el 34 por ciento de la capacidad instalada en México, mientras que para el aprovechamiento del Biogás, alcanza el 36 por ciento.
El FIRCO, comentó, es una institución vigorosa, que fortalece líneas estratégicas, mediante una reingeniería programática, para cumplir con los objetivos planteados por el Gobierno de la República de detonar programas que impulsen la productividad, competitividad y sustentabilidad en el sector agropecuario y pesquero.
Se trabaja muy de cerca con el Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (FOCIR) y la banca de desarrollo para canalizar inversiones en los programas de energías renovables, como el de infraestructura que permite generar energía fotovoltaica y la producción de biofertilizantes que disminuye costos de producción, aumenta la productividad y reduce el impacto ambiental.
Cambeses Ballina señaló que se realizan pláticas con la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y el Banco Mundial, con el objetivo de incorporar algunos de estos proyectos en núcleos rurales atendidos por el Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA) y, en especial, en comunidades indígenas.
Fuente: La Jornada