Michael Jeffries, director de Abercrombie & Fitch, causó una fuerte polémica con sus declaraciones sobre las personas con kilos de más. El empresario dijo que no quiere que personas “gordas” arruinen la imagen de su compañía.
La postura de Jeffries provocó la indignación de miles de personas en el mundo, quienes mostraron de inmediato su rechazo a las palabras del ejecutivo en la red.
Las protestas no quedaron sólo en el tereno virtual. Greg Karber, un joven creador audiovisual de Los Angeles, decidió crear una campaña para “reorientar” la estrategia de marketing de Abercrombie & Fitch haciendo que otro tipo de público, muy distinto al que usualmente se enfoca la compañía, vista sus prendas.
Así -alejados del prototipo de veinteañero universitario caucásico y perfecto que Abercrombie busca como clientes-, Karber seleccionó a personas sin hogar para que vistieran la colección de ropa de la marca de New Albany, Ohio.
De igual forma, Karber se apoyó en las redes sociales para pedirle a la gente que regale sus prendas de esta marca a personas que viven en la calle, utilizando el hashtag#FitchTheHomeless en Twitter.
Para redondear el boicoteo, en internet también circula un video que está siendo muy compartido en la red y, en canales de video como YouTube, se ha vuelto viral, al grado de llevar más de cuatro millones 500 mil reproducciones en tres días.
De acuerdo con el sitio Derechos Humanos ¡Ya!, Abercrombie tiene una estricta política de imagen que determina, en un manual de 45 páginas, aquello que considera aceptable y lo que no. El control es tal que la compañía incluso marca reglas para cuestiones personales que van desde el peinado hasta el largo de las uñas.
Ya en 2009, una estudiante de derecho que trabajaba en la tienda de ropa Abercrombie & Fitch en Londres ganó un juicio contra la empresa por discriminación. Riam Dean, que nació sin su brazo izquierdo, no se le permitió ser vendedora en la tienda a causa de su brazo y fue relegada a trabajar en el almacén. Sin embargo, al mostrar públicamente su prótesis fue despedida.
Por su parte, respecto a las recientes declaraciones, Jeffries fue muy tajante: “los gordos no son ‘cool’ y no ‘pertenecen’ en la tienda”, apareció publicado en el sitio Telemundo Nueva York.
Ya en 2006, el director ejecutivo había dado este tipo de declaraciones diciendo a la revista Salón que fichaban a dependientes de cuerpos bien torneados “porque la gente atractiva atrae a otra gente atractiva y queremos dirigirnos comercialmente a gente ‘cool’, atractiva. Solo queremos dirigirnos a eso”.
Sin embargo, ahora el boicot viral está en boca de todos y los embates de las protestas están por verse. No obstante, lo único que es cierto es que la imagen de Abercrombie & Fitch quedará estigmatizada después de este episodio.