La clavadista mexicana enfoca todos sus objetivos en el trampolín para el próximo Mundial de Barcelona
Paola Espinosa tiene hoy su primera competencia del ciclo olímpico en el marco de la sexta fecha de la Serie Mundial de Clavados, que se realiza en el Centro Acuático de los Juegos Panamericanos, lo hará en la prueba sincronizada de trampolín al lado de Dolores Hernández y con la intención de obtener la medalla que la semana pasada se le negó a la pareja de Laura Sánchez y Arantxa Chávez.
Espinosa, de 26 años, tendrá por primera vez en mucho tiempo una pareja con la que entrena todos los días bajo el mando de la china Ma Jin, un elemento que espera capitalizar a tres semanas del selectivo nacional (14-16 de junio).
“Para nosotras es más fácil hacer clavados sincronizados porque trabajamos con la misma entrenadora, espero que podamos contribuir con una medalla más para México”, dijo Espinosa ayer.
En el ciclo olímpico pasado, la sudcaliforniana tiró con Alejandra Orozco (plata en Londres 2012), Laura Sánchez (no calificó a Juegos Olímpicos) y Tatiana Ortiz (oro Panamericano en su regreso a las competencias); pero siempre con pocos meses de entrenamiento y sin poder darle seguimiento al proceso porque tanto Orozco como Sánchez tienen distintos entrenadores. El proyecto con Hernández es a largo plazo.
“Estoy consciente que Dolores Hernández es una chica de mucha edad y mucho talento, voy a hacer sincronizados con ella y creo que podemos hacer algo importante en el ciclo olímpico”, confió Espinosa.
“Es una niña con mucho talento, y creo que yo no hago tan mal el trampolín, (seguir en los próximos años) dependerá de cómo me sienta yo y qué es lo que quiera hacer”, añadió.
La semana pasada, México presentó en esta prueba al dueto de Laura Sánchez y Arantxa Chávez, esta última entró por un cambio de última hora que dejó fuera a Daniela Ramírez. El resultado, con unas horas de entrenamiento, fue un cuarto lugar en una competencia de cinco parejas; la expectativa de Espinosa y Hernández, cuarto lugar en el reciente Mundial juvenil, es mayor.
“Vamos a tratar de hacer un buen papel, de sincronizar bien. En sí es la primera competencia que tenemos juntas, ella es muy pequeña de edad entonces hay que ver cómo se presenta en una competencia con los mejores del mundo, ojalá podamos darle una medalla más al país”, dijo Espinosa.
“Trato de hablar con ella todo el día, de darle consejos. Creo que lo que me toca hacer a mí es facilitar su camino, y creo que compartir los entrenamientos hace que ella pueda aprender un poquito más”.
Espinosa, que hace unos meses se sometió a una cirugía en la rodilla derecha, reiteró que esta temporada se enfocará en la prueba de tres metros, tanto individual como sincronizado, para el Campeonato Mundial de Barcelona.
“Haré sólo trampolín, ojalá el próximo año pueda retomar la plataforma. No lo sé aún, es cuestión de platicarlo con mi entrenadora y entonces si ver en qué prueba nos especializaremos para ir a los próximos Juegos Olímpicos. La decisión que tomé de seguir en los clavados es porque sí quiero ir a Río y espero tomar fuerza, subir poco a poco escalón por escalón como lo he hecho en cada ciclo olímpico”, finalizó.
La toman como promoción
La Serie Mundial de clavados tuvo este año, por primera vez en su historia, seis fechas. Dubai, Pekín, Edimburgo, Moscú y dos veces Guadalajara recibieron las exhibiciones de un evento que surgió en 2007 con la idea de convocar a los mejores ocho clavadistas del mundo; pero que este año ha tenido poca convocatoria, de menor nivel y generado cansancio a los clavadistas.
“Completaré aquí las seis etapas de la Serie Mundial. Sí me siento un poco cansada para la competencia de aquí (en Guadalajara), pero será un buen entrenamiento”, dijo la medallista olímpica Pandelea Rinong, de Malasia, y especialista en plataforma.
“Es difícil combinar entrenamientos y competencias, pero creo que ayuda a que vean los clavados en más países”, dijo Tom Daley, de Gran Bretaña y quien se perdió la quinta etapa por una lesión.
Lo dicho por Daley refleja lo que este año ha sido la Serie Mundial, una gira de promoción del deporte más que de competencia, que a cada país le cuesta alrededor de medio millón de dólares y que los clavadistas toman de entrenamiento.
“He participado en las seis fechas, tanto en individual como en sincronizado, es una buena oportunidad para elevar el nivel, un buen entrenamiento pensando en lo que será el Mundial”, dijo el británico Christopher Mears, especialista en trampolín.
http://www.excelsior.com.mx/adrenalina/2013/05/24/900711
