Actualmente la arquitectura es descrita como “dinámica”, “interactiva”, e incluso “animada”, pero lo que realmente es cierto es que todos los edificios son estáticos, incapaces de crear por sí mismos algún movimiento espontáneo.
Algunos arquitectos han trabajado en torno a este hecho mediante la aplicación de pantallas metálicas oscilantes o escultóricas, balcones ondulantes a lado de los edificios con el objetivo de darles la ilusión de movimiento. Complementos como éstos pueden producir efectos formales, pero no tienen ninguna función estructural.
Los arquitectos suecos del estudio Belatchew Arkitekter están insatisfechos con el enfoque anterior y han creado un diseño conceptual llamado “Strawscraper”, un complemento que encubre una torre residencial en apéndices de plástico, o “cabellos”, que capturan el viento y lo utilizan para producir energía eléctrica para el edificio.
El proyecto forma parte de una extensión del Söder Torn, una de las torres de viviendas más altas en Estocolmo.
El Strawscraper promete transformar la torre en un parque eólico a gran escala urbana. Los arquitectos dicen que van a hacer esto mediante la fijación de pajas móviles (a partir de “materiales compuestos con propiedades piezoeléctricas”) al exterior de la torre: “La gran cantidad de paja fina puede producir electricidad sólo a través de pequeños movimientos generados por el viento” mientras se crea muy poco ruido, dice el director del proyecto Rahel Belatchew Lerdell. El campo de la paja también se ve estéticamente llamativo, similar al “trigo meciéndose en el viento”. Esto junto con las aspiraciones de sostenibilidad de la propuesta, dotará al edificio “nuevas dimensiones”, dice Lerdell.
“La arquitectura debe ofrecer soluciones a los problemas o cuestiones contemporáneas”, subraya el arquitecto. Naturalmente, la firma cree que el Strawscraper participa en este esfuerzo. El excedente de electricidad, se imaginan, se utilizará hacia la producción de “lo que el edificio debe convertir en energía neta positiva.”
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