Muchos grupos de amigos están compuestos por personas de la misma edad, que atraviesan por etapas similares e incluso tienen salarios dentro de un mismo rango. Sin embargo, siempre hay diferencias financieras que pueden ocasionar ‘momentos incómodos’.
Si la insistencia de algún amigo por ir a cenar a un lugar que está fuera de tu presupuesto o salir de compras con una amiga y terminar comprando algo que no necesitas, te resultan escenarios familiares, quizá es momento de reflexionar si la presión social está mermando tu ingreso.
“Es necesario tener presente que la tranquilidad financiera está por arriba de cualquier tipo de presión social, incluso la proveniente de la familia”, asegura Juan Sherwell, director de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
Tener las finanzas personales comprometidas con lo que otros esperan o desean es un absurdo, enfatiza el experto y recomienda pensar en los siguientes puntos:
-Sacrificar el consumo presente para tener un mejor consumo futuro.
-El 10% de lo que ganes debería estar destinado al ahorro, lo que implica olvidarse por completo de ese monto.
-Cada quien determina con qué frecuencia y cómo se divierte, siempre y cuando lo puedas costear. “Quizá si un mes gastaste 1,000 pesos de más no pasa nada pero hacerlo de manera sostenida es el problema”.
-Elaborar una lista de prioridades siempre revelará cuáles de tus gastos son completamente innecesarios.
Por su parte, J. D. Roth, responsable del blog Get Rich Slowly, identifica cuatro formas para lidiar con esa presión que afecta tu bolsillo:
Explica tus metas: Cuando te encuentres en una situación donde sabes que vas a gastar de más, hazles saber a tus amigos y familiares que planeas liquidar una deuda o que quieres ahorrar para un viaje. Entonces sabrás si cuentas con ellos para impulsarte a ahorrar y no a gastar.
Destina un monto específico para salidas: Si tu grupo de amigos es de esos que frecuenta los jueves de alitas o la cena de los viernes, prevé ese gasto y cuando elabores tu presupuesto considéralo como un rubro más, así no habrá desbalances ni sorpresas.
Deja la tarjeta: El motivo es sencillo, si no llevas el dinero no podrás gastarlo. Toma solo lo que sabes que puedes gastar y así no tendrás el momento de debilidad en el que, tras gastar tu efectivo, recurres a tu tarjeta de crédito o débito.
Deja de compararte con los demás: Si tu amigo tiene un nuevo smartphone, ¿qué más da?, no intentes competir o intentar superar a los demás en estos aspectos. Haz las cosas dentro de tus posibilidades y nunca intentes gastar para competir.
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