En una homilía celebrada hoy en el Vaticano, el Papa Francisco censuró fuertemente a los “corruptos” a quienes acusó de hacerle un gran daño a la Iglesia católica porque solo piensan en ellos mismos.
“¡Cuánto mal hacen los corruptos a la comunidad cristiana! Que el Señor nos libere de caer en ese camino de la corrupción”, exclamó el pontífice en su homilía, celebrada en la capilla de la Residencia de Santa Marta.
En su discurso, de carácter estrictamente moral, el pontífice habló sobre tres categorías de personas: los corruptos, los pecadores y los santos.
Y recordó que el apóstol Juan decía que los corruptos “son el anticristo, están en medio de nosotros, pero no son de los nuestros”.
Agregó que los corruptos han roto su relación con Dios, quien es como “un patrón que nos ha llamado con amor, nos custodia y nos da libertad. Pero esas personas se sienten fuertes y autónomas de Dios”:
Indicó que los corruptos “poco a poco han roto la relación con Dios y dicen: ´Nosotros no necesitamos a ese patrón, que no venga a molestarnos´. Esos son los corruptos, aquellos que eran pecadores como todos nosotros pero han dado un paso adelante; se han consolidado en el pecado”.
Sobre los pecadores, dijo:
“Todos somos pecadores. Nos conocemos desde dentro y sabemos qué cosa es un pecador. Y si alguno de nosotros no se siente así, que vaya a la consulta de un médico espiritual”.
Señaló que Judas “fue un pecador avaro que acabó en la corrupción”.
Por último, dijo que los santos son quienes “obedecen al Señor, los que le adoran y no han perdido la memoria del amor con que el Señor ha creado su viña”. Son éstos, por lo tanto, “los que hacen mucho bien a la Iglesia”.
El pontífice argentino imploró a Dios la gracia de “no convertirnos en corruptos”. Y exclamó: “¡Pecadores sí, corruptos no!”.
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