El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y el presidente francés, François Hollande, acordaron hoy en Tokioreforzar la cooperación bilateral en materia de defensa y seguridad y también en desarrollo y exportación de tecnología nuclear.
En una rueda de prensa posterior al encuentro que mantuvieron, Abe y Hollande explicaron que para potenciar intercambios en relación a la lucha contra el terrorismo, la proliferación nuclear o el desarrollo de equipos militares, los cancilleres y ministros de Defensa de Japón y Francia tendrán varios encuentros próximamente.
En el marco de esas conversaciones, Tokio espera lograr además una limitación en la exportación de equipamientos franceses a China que pueden ser utilizados con fines militares.
Japón manifestó el pasado mayo su preocupación tras la venta de Francia a China de sistemas para facilitar el aterrizaje de helicópteros en barcos, los cuales las autoridades chinas pretenden instalar en patrulleras que rondan las islas Senkaku/Diaoyu, cuya soberanía se disputan Pekín y Tokio.
No obstante, y aunque la Unión Europea mantiene un embargo de armas sobre China desde la matanza de Tiananmen en 1989, Francia considera que el equipamiento vendido no entra dentro de esas restricciones y Hollande quiso tranquilizar a Tokio en ese sentido.
El presidente francés aseguró hoy haber dado “todas las garantías” al Gobierno nipón de que la venta de ese material “no tendrá ninguna consecuencia militar”.
En el plano de seguridad, los dos jefes de Gobierno acordaron también compartir más información relacionada con amenazas terroristas en Oriente Medio y el norte de África, especialmente después de que el asalto terrorista en enero a una planta petrolera en Argelia se saldara con la muerte diez ciudadanos nipones.
Ambos manifestaron también que Tokio y París se encuentran en la misma sintonía con respecto al conflicto en Siria, en el cual, aseguró Abe, los dos Gobiernos quieren “seguir contribuyendo a la mejora de la situación”.
En este sentido, Hollande insistió en que ambos países comparten la necesidad de enviar ayudas al país, además de reconocer a la resistencia como Gobierno legítimo de Siria.
En el sector atómico, un terreno en el que Japón y Francia son punteros, ambos países acordaron promover las exportaciones de tecnología atómica a economías emergentes de manera conjunta.
Esta fórmula ha tenido gran éxito hasta ahora, como prueba el acuerdo que cerraron la francesa Areva y la nipona Mitsubishi Heavy Industries para erigir una planta atómica en Turquía el pasado mayo, en lo que constituyó el primer gran pedido de unidades de fisión nuclear tras el accidente de Fukushima de 2011.
Hollande llegó ayer a Japón para realizar una visita de tres días, en lo que supone el primer viaje de Estado de un presidente francés al país asiático en 16 años.
El jefe de Gobierno, que ha viajado acompañado por la primera dama, Valerie Trierweiler, seis ministros y una docena de empresarios, también fue recibido hoy por los emperadores de Japón, Akihito y Michiko, en el palacio imperial de Tokio.
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