Alerta por la potamanía: beber más de dos litros de agua sin tener sed, con la idea de adelgazar, puede dañar los riñones y paralizar el cerebro

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Tomar agua en cantidades excesivas, de manera compulsiva y sin sentir sed, es un trastorno que a la larga afecta el funcionamiento de los riñones, la composición sanguínea e incluso puede causar parálisis cerebral, explicó a Crónica el presidente de Cirugía del Hospital Juárez, Gustavo Acosta Altamirano. La potomanía afecta principalmente a mujeres convencidas de que bebiendo muchos líquidos (más de dos litros diariamente) podrán adelgazar sin mayor esfuerzo.

Al respecto, la psicoanalista Marcela Martinelly señaló que “una buena parte de estas personas toma agua en grandes cantidades debido a carencias afectivas. Es similar al trastorno compulsivo por comer”. El también endocrinólogo, Acosta Altamirano detalló que el exceso de agua en el organismo contribuye a que los minerales como el potasio, sodio y magnesio se diluyan rápidamente en el torrente sanguíneo, causando cansancio, calambres e incluso pérdida de agilidad mental”. Luis Miranda, nutriólogo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas, Salvador Zubirán de la SSA, dijo que “cuando la sangre tiene niveles bajos de sodio, el funcionamiento cerebral se compromete seriamente. Uno de los principales síntomas son el vómito, dolor de cabeza, convulsiones, parálisis”.

Los riesgos más severos pueden ser la alteración en el funcionamiento de los riñones y la pérdida del equilibrio de los fluidos internos de la sangre, apuntó el experto. El potasio es un mineral que también se elimina a través de la orina, dijo Luis Miranda, la ausencia de este causa que el corazón pierda su ritmo y la persona puede sufrir un paro cardiaco. “Otra afectación se manifiesta a nivel muscular ya que al disminuir el número de impulsos nerviosos aparecen calambres ocasionando fatiga a la persona”.

El consumo de agua para una persona normal, sedentaria es de un litro y medio hasta dos, sin embargo, los maratonistas, boxeadores o gimnastas requieren entre seis y 10 litros diarios, dependiendo de su actividad física, abundó el nutriólogo. Adicciones. Todo exceso es malo, reconoció la psicoanalista Marcela Martinelly, “cuando una persona empieza a ver resultados, como bajar de peso, a través de la ingesta de agua, ya no le es suficiente la cantidad que tomaba al inicio”. Entonces surge el fenómeno compulsivo y empieza a incrementar las dosis. Este problema no tiene que ver con la voluntad, señaló. “Todo el mundo tiene puntos débiles, muchos tienen ciertas adicciones, viven para eso. Pero la realidad es que carecen en muchos otros aspectos”, dijo Martinelly.

La potomanía está muy relacionada con los tiempos que vivimos: una figura delgada, cierta estatura, etcétera, “hay mujeres que para ello, además de tomar agua en exceso, recurren a las anfetaminas, dietas desequilibradas, e incluso el trastorno de anorexia o bulimia”. Toda adicción viene a sustituir carencias, señaló la psicoanalista, “alguien que no tiene cubierto algún aspecto en el sentido emocional, es fácilmente vulnerable de sufrir cualquier tipo de adicción”. Para tratar este problema, Marcela Martinelly explicó que es necesario que la persona recurra a un cuerpo de especialistas en materia de nutrición, endocrinología y psicología. “Atendiendo la afección de manera integral es posible solucionar un conflicto de esta naturaleza, que puede traer serias repercusiones a la salud de no tratarse”.

Mecanismos. El nutriólogo Luis Miguel Miranda explicó que “cuando la persona tiene algún problema de salud en el riñón, y toma cantidades excesivas de agua, sin hacer ejercicio, puede retener líquidos en el organismo”. En corto tiempo es posible que esto se refleje en afecciones cardiacas e incluso, la retención de líquidos puede llegar hasta los pulmones, dijo. En estas condiciones, el nivel de los minerales en el organismo disminuyen, que el sodio y el potasio estén bajos afectan el ritmo cardiaco. Calidad. Otro aspecto preocupante es que hoy en día el agua que tomamos carece de los minerales y sales necesarios para el buen funcionamiento del organismo, señaló el endocrinólogo Acosta Altamirano. “El agua debería de incluir en el etiquetado el contenido en sales minerales, incluso muchos refrescos tienen un alto contenido de sodio. En personas normales esto no causa mayor problema”, dijo. “Se elimina a través del intestino ayudado por el azúcar. Este proceso es importante porque corrige la deshidratación”.

El tipo de agua que muchas mujeres están bebiendo puede provocar una descompensación de los electrolitos, generando una intoxicación híbrica, es decir que el exceso de este tipo de agua hincha las células, señaló. Esto es un edema celular, dijo, “si el riñón funciona de manera normal, estará recibiendo cantidades importantes de agua pero aún así, manifiesta serias alteraciones metabólicas”. Los Datos De acuerdo con los nutriólogos, una persona sedentaria debe tomar hasta dos litros diarios de agua. Un deportista, por ejemplo, un maratonista, puede tomar hasta 10 litros de agua diariamente, dependiendo de su actividad física. Un exceso de agua en el organismo contribuye a que los minerales como el sodio, potasio y magnesio, se diluyan con mayor rapidez en el plasma sanguíneo, dando lugar a calambres, cansancio y pérdida de agilidad mental.

La pérdida de magnesio, otro de los minerales afectados por la ingesta excesiva de agua, provoca la falta de memoria y contribuye a acelerar el proceso de envejecimiento. El exceso de agua también contribuye a la pérdida masiva de potasio a través de la orina. Sin este mineral, el corazón pierde su ritmo y el músculo cardiaco puede llegar a atrofiarse causando un infarto. Los riñones regulan el metabolismo del agua y de los minerales filtrando las impurezas del organismo. Tienen un límite, el exceso de líquido provoca su colapso.

Tomar agua en grandes cantidades disminuye el número de impulsos nerviosos que llegan a los músculos, aparecen calambres y el bajo tono de las fibras provoca la aparición de fatiga. La potomanía es la adicción que tiene una persona por tomar en exceso agua sin sentir sed. Es un trastorno similar al comer en exceso de manera compulsiva. Según los psicólogos y psicoanalistas, el trastorno se debe a una carencia afectiva y debe tratarse con un equipo médico integrado por un nutriólogo, un endocrinólogo y un psicólogo o psicoanalista.

http://www.cronica.com.mx/notas/2006/246852.html

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