Estela y Amada son primas, “nacimos en el mismo ejido y somos de la misma familia”. Sin embargo, hace 30 años que dejaron de verse, cuando Estela era una niña de 10 años y Amada una joven en plena construcción de su proyecto de vida, y no volvieron a saber una de la otra hasta hoy.
Estela y Amada han vuelto a reunirse, y la dicha es doble, dice Estela, porque “ya no sólo nos vemos con el gusto de ser familia, sino de acompañarnos en esta pena”.
“Nada más nos vimos, y supimos quiénes éramos“, dice Amada, con una sonrisa. “Yo la dejé de ver cuando era una niña, chiquitita”.
Del cuello de ambas pende un gafete, que reza: “Foro Internacional sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias en México”. Y ambas alzan sobre su pecho un cartel, cada cual con un retrato distinto.
Amada busca a su hijo, Gustavo Castañeda Puente, secuestrado el 25 de febrero de 2009 por policías municipales de Monterrey, Nuevo León, quienes, así como a otras dos víctimas raptadas el mismo día, lo entregaron a un grupo criminal. Desde entonces, Gustavo está desaparecido.
A Estela le fue arrebatado su esposo, Heber Eusebio Reyes, el 11 de mayo de 2009, también por un grupo de policías municipales, pero en su caso de Francisco I. Madero, Coahuila, que lo raptó, junto con otras dos personas, y no volvió a saberse más de él y sus acompañantes, salvo que habían sido entregados por los uniformados a una célula de la delincuencia organizada.
En estos dos casos, algunos de los responsables fueron capturados, y todos respondieron a sus demandas de información sobre el paradero de Heber y Gustavo, de la misma forma: con su silencio.
Estas son las voces de Estela y Amanda, que desde hoy corean juntas la consigna repetida una y otra vez en el encuentro de víctimas, autoridades y expertos en búsqueda de desaparecidos, realizado en Saltillo: “Vivos se los llevaron y vivos los queremos”.
Diego Fernando Aguirre Pantaleón se enroló en la policía de Saltillo, Coahuila, con miras a emprender una trayectoria orientada al ámbito académico, su plan es iniciar una maestría en seguridad pública. Diego forma parte de la primera generación de la Policía Acreditada de esta entidad y concluyó su formación el 7 de diciembre de 2011. Un día después de su graduación, sin embargo, fue secuestrado, junto con otros seis uniformados y un civil.
El civil fue liberado por el comando armado y encapuchado que los raptó, igual que cinco de los uniformados. No obstante, Diego y su amigo Víctor Hugo Espinosa Ayala, también policía recién egresado, permanecen desaparecidos.
Víctor Hugo Espinosa Ayala.
Durante la inauguración del Foro Internacional sobre Desapariciones Forzadas, su padre, Miguel Ángel Aguirre Medina encaró al gobernador de Coahuila, Rubén Moreira. “Quiero entregarle la foto de mi hijo –le dice–, y el expediente, para que lo lea”.
Moreira, sin embargo, lo rechaza y, en cambio, se compromete a revisar personalmente el caso, durante la próxima reunión del gobierno estatal con la organización civil Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila. Pero esta reunión, según Fundec, se dará, quizá, en un mes más.
Queremos que regresen…
Francisco Pecina renguea al andar, pero no para. Desde el 15 de noviembre de 2011, marcha en pos del rastro de hijas, Elsa y Perla, raptadas de su domicilio, en Saltillo, Coahuila, a donde llegó un grupo de desconocidos durante la madrugada, para llevárselas.
Perla Liliana Pecina Rojas.
Perla es maestra de primaria y Elsa química, ambas empleadas gubernamentales, y las dos fueron extraídas de su domicilio a las 4 de la mañana, “los vecinos escucharon los gritos”, dice don Francisco. Nadie, sin embargo, se atrevió a asomarse por la ventana para constatar lo que ocurría.
Se las llevaron y no hay testigos.
La autoridad investiga, dice don Francisco, “pero es muy difícil, están tratando de hacer las cosas”, y muestra sus retratos. “Yo les pido a esas gentes (que comprendan que) somos unos padres que estamos desesperados por la forma en la que se las llevaron, queremos que regresen… queremos que regresen.”
http://www.animalpolitico.com/2013/06/desaparicion-forzada-las-voces-de-los-que-buscan/#axzz2VXPentFo