El 19 de enero el segundo tribunal en materia administrativa concedió la suspensión definitiva y finalmente Gerardo de Jesús pudo ingresar amparado al plantel educativo:
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Este es un caso de acoso de maestros, un caso de discriminación. Si son los propios maestros los que minimizan al alumno y lo apachurran, les quitan la ilusión, el deseo de continuar sus estudios, comenta en entrevista Lila Garza, quien se define como
abogada del puebloy además trabaja como vidente. Cuenta que este caso inédito servirá para abrir camino a otros alumnos que padecen el acoso de maestros:
A veces los maestros traen sus traumas a la escuela. No tienen preparación pedagógica para tratar a los niños, los discriminan si son diferentes. ¿Dónde dejan a los pobres niños? Hemos demostrado que sí se puede. Tenemos una Carta Magna de las mejores en el ámbito mundial para protegernos con sus disposiciones, con las que podemos defender a las niñas, niños y adolescentes. Fue el propio Gerardo de Jesús quien escribió una carta de su puño y letra al juez para explicarle lo que vivía en la secundaria:
Este caso nos sirve para decirle a los padres de familia que no se queden callados, que hablen, que busquen, que se acerquen para pedir orientación. No se dejen abusar por esos profesores sinvergüenzas que también hacen muchos negocios a través de los niños, pero cuando llegan de malas, arremeten contra las criaturas. Iniciativa de ley Gerardo de Jesús está sentado en la cocina. Hace su tarea y ríe con su sobrino de cinco años, hijo de su hermana mayor. Tiene el cabello negro azabache. Usa pantalón corto deportivo y camiseta amarilla. En la pared de la sala hay tres medallas que ha obtenido en competiciones deportivas; de hecho, su calificación reciente fue de 100 en educación física. Es aficionado de los Rayados: “Lo que más me gusta es meter goles. De grande quiero ser futbolista y también tener una carrera. Quiero serchef o doctor”, dice sonriendo. Vive en en la colonia Fresnos cuarto sector en Apodaca, un municipio conurbado a 30 kilómetros del centro de Monterrey. Su escuela está ubicada al cruzar la calle. Y está contento pues ya le permitieron volver:
Porque ya puedo estar con mis amigos. Y porque ya puedo estudiar otra vez, me gusta mucho geografía, tecnología y deportes. No me entran las matemáticas, comenta de manera honesta. Pese al amparo logrado, Gerardo de Jesús continúa siendo objeto de acoso y maltrato sicológico por parte de sus maestros. Sus padres acudieron hace unos días a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) para presentar una queja.
Queremos que el niño sea tratado sin discriminación. Lo que tenemos que proteger inmediatamente es el interés superior del niño, dice Minerva Martínez, presidenta de la CEDH al informar que emitió una medida cautelar contra la secundaria federal número 55. Los visitadores acudieron esta semana al plantel a impartir cursos a los maestros sobre derechos humanos y la forma en la que deben de tratar a los niños que tienen habilidades y capacidades distintas. El director se ha negado a dar declaraciones, pero la Secretaría de Educación Pública ha señalado que tomarán medidas para garantizar los estudios del niño. El acoso ha ocasionado suicidios en distintos ciudades de la República y han aparecido otros casos de acoso de maestros contra alumnos. Ante la gravedad de este fenómeno, la bancada del PRI en el Congreso de Nuevo León presentó una iniciativa de ley para prevenir, atender y erradicar el acoso y la violencia escolar. En entrevista, el diputado Edgar Romo García, coordinador de esa fracción en la 73 Legislatura, dijo que se trata de una ley vanguardista muy amplia:
Queremos proteger la niñez y la adolescencia, de todo tipo de acoso escolar. La iniciativa tiene apartados novedosos como el acoso de maestros:
En estos casos hay una relación de subordinación del maestro al alumno. Vamos a complementar esta ley con este tipo de conducta, porque se trata de una acción ilícita que puede ir al derecho penal e incluso al administrativo, la suspensión o inhabilitación como maestro. A los niños tenemos que integrarlos, no podemos expulsarlos porque estaríamos produciendo posibles delincuentes. Gerardo de Jesús ha vuelto a sonreír y a jugar futbol. Su madre emprendió una lucha por la dignidad, que aún no termina:
Su tutora me acaba de decir que si no justifico las faltas del niño, reprobará el bimestre. ¡Imagínese! Son faltas porque no lo dejaban entrar. Ahora le cambiaron de maestros, pero todos están confabulados. El niño se acerca, se sienta a su lado en silencio, la abraza; ella le pasa la mano por el cabello, lo besa en la mejilla y le dice:
No hay problema mi hijito, a lo mejor repruebas el año, pero vas a seguir estudiando. Esta lucha no es sólo por ti, es por muchos niños más. http://www.jornada.unam.mx/