Un teléfono para hacer llamadas y un televisor para ver televisión: estos tiempos han pasado. Al igual que los smartphones actuales, los televisores planos modernos están llenos de innumerables servicios adicionales. El lego no sólo se pregunta qué es lo que realmente necesita para el uso diario, sino también cuánto dinero conviene invertir en la compra de un televisor nuevo.
“Básicamente, se puede decir que cuanto mayor el precio tanto mejor la imagen”, dice Michael Schidlack, de la asociación alemana para la tecnología de la información Bitkom.
“Sin embargo, también hay diferencias en cuanto al consumo de electricidad y las posibilidades de conexión de aparatos periféricos exteriores y la conexión a Internet”.
Por ejemplo, los aparatos más caros muchas veces garantizan un mejor contraste, colores más luminosos y naturales o imágenes más nítidas. “Estas diferencias se hacen notar sobre todo cuando los objetos se mueven rápidamente, por ejemplo en las imágenes deportivas”, explica el experto. En los televisores de gama más alta, “las imágenes son más nítidas, porque pueden reproducir más fotogramas por segundo”.
Antes de comprar un televisor, hay que pensar en el tamaño (diagonal de pantalla) del aparato que se quiera adquirir. Es fácil equivocarse en este aspecto. “Cuando aún existían esos viejos televisores con tecnología de tubo de rayos catódicos, se decía que como regla general la distancia respecto al televisor debería ser entre tres y seis veces más grande que la diagonal de pantalla”, dice Schidlack.
“Con la introducción de los televisores modernos de pantalla plana de alta resolución, esta distancia se ha reducido a la mitad”. Para estos aparatos es suficiente una distancia dos o tres veces mayor que la diagonal de pantalla. Para ver material en Full HD como vídeos Blu-ray, uno puede sentarse aún más cerca del televisor.
En 2012, los aparatos con diagonales de 37 pulgadas (94 centímetros) o más eran los que mejor se vendían y con diferencia. En Alemania, por ejemplo, suponían el 70 por ciento de las ventas totales de televisores de pantalla plana.
Los caros aparatos OLED aún no juegan ningún papel importante en el mercado y ya no todos los fabricantes producen pantallas de plasma. En la mayoría de los televisores de pantalla plana hay paneles LCD, casi siempre con iluminación LED, de bajo consumo de energía. En el mercado apenas quedan aparatos con tubos fluorescentes.
En lo que se refiere a la iluminación LED, hay dos variantes: en una de ellas, la pantalla se ilumina de manera uniforme con leds distribuidos alrededor del marco. En la otra, los leds están distribuidos sobre la superficie de la pantalla y sólo iluminan donde así lo exige la imagen. El resultado es un color negro aún más profundo y un mayor ahorro de energía.
¿Por qué todavía hay televisores de plasma? Comparado con la tecnología LCD, el plasma tiene como ventajas un mejor nivel de negro, una iluminación más homogénea, una mayor gama cromática e imágenes con una mayor riqueza de contrastes, también desde ángulos visuales diagonales, explica la revista alemana “Chip Test & Kauf”.
Los cineastas también aprecian el rápido tiempo de reacción, que al parecer supone una ventaja especialmente para las películas en 3D. Sin embargo, los televisores de plasma muchas veces sólo pueden aprovechar la intensidad de sus imágenes en lugares oscurecidos y consumen más energía que los aparatos LCD.
Por otro lado, el formato 3D cada vez está más incorporado a los aparatos. Además de una resolución Full HD (1920×1080 píxeles), el sintonizador triple para la recepción vía DVB-C (cable), DVB-T (antena) y DVB-S (satélite) prácticamente ya es estándar hoy día. Lo que conviene y resulta más práctico es tener más que una conexión HDMI y un puerto USB con función de grabación.
Son cada vez más los televisores de pantalla plana que también ofrecen acceso a Internet. “La conexión a Internet amplía considerablemente la oferta de programas”, explica Michael Schidlack. La mayoría de los aparatos pueden acceder a las mediatecas de los emisores, por ejemplo. “Ello incluso permite ver una emisión que no haya sido grabada”.
Además de diversas aplicaciones, muchos televisores también tienen un browser para navegar. Sin embargo, muchas veces esto sólo funciona de forma deficiente: “Las páginas de Internet necesitan claramente más tiempo para abrirse en el televisor que en la computadora”, dice Peter Knaak, de la organización alemana de defensa del consumidor Stiftung Warentest. Lo que también pone a prueba la paciencia es la introducción de direcciones con el control remoto.
¿Y cuál es el futuro de los televisores que ya tienen soporte ultra HD, es decir, que ofrecen hasta cuatro veces mayor resolución que la Full HD? “Actualmente, la ultra HD todavía no es interesante para el consumidor”, dice Michael Schidlack. En su opinión, los primeros programas en ultra HD aún tardarán muchos años en poder emitirse.
http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/ddc5710b35b2a60bc85b2962b8bb6c8c