Segam arremete contra la Dirección de Obras Públicas del Ayuntamiento capitalino y la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda por construir viviendas en las cercanías a ladrilleras que han existido desde 1963.
“Quien construye de mala fe viendo que tiene una problemática al lado, lleva una responsabilidad, y quien compra la casa sabiendo que hay una ladrillera al lado tampoco puede decir que no tenía conocimiento”, respondió Manuel Barrera Guillén, titular de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental luego de que el titular de la Canadevi, Javier Silva Robles argumentara que 20% de los socios sufren de afectaciones comerciales en las viviendas construidas en fraccionamientos circunvecinos a ladrilleras.
Manuel Barrera Guillén detalló que los miembros de la cámara, a sabiendas de que existe una ladrillera en la zona, construyen en las áreas cercanas e incluso adquieren sus productos en las ladrilleras que dicen son las causantes de molestias.
Aclaró que la construcción de viviendas cercanas a los puntos de elaboración de ladrillos es responsabilidad de las constructoras, pero también de las personas que adquieren un inmueble en la zona, “esta es una corresponsabilidad de autoridades, de quienes construyen y quienes compran viviendas en las áreas”, dijo.
El titular de la Segam dijo que la Dirección de Obras Públicas tiene que estar más atenta a la emisión de permisos de construcción a fin de que disminuya la edificación de viviendas al lado de empresas que generen olores o males a la salud.
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