“Fui su compañero de deportes durante muchos años. Era una persona desinteresada que amaba cuidar a otros. Era muy dedicado a su trabajo”.
Así es como uno de sus colegas y amigos describió al buzo Saman Kunan, exmiembro de las fuerzas de élite de la Marina de Tailandia de 38 años, que murió durante la operación de rescate de los 12 adolescentes y su entrenador de fútbol que estaban atrapados en un sistema de cuevas inundado en Tailandia.
Saman se presentó voluntario en las tareas de rescate y estaba transportando oxígeno entre dos puntos en la red subterránea, algo que tiene que hacerse en etapas ya que las distancias son muy grandes.
El buzo perdió el conocimiento cuando salía del complejo de cuevas de Tham Luang —un recorrido de cinco horas—, después de llevar las provisiones durante las operaciones de rescate.
Un compañero lo sacó e intentó reanimarlo, sin éxito.
Este gran héroe, es un ejemplo de amor y servicio, quien veía su trabajo como una oportunidad de demostrar su amor hacia el projimo.
“Realmente lo amaba”, dijo su esposa, Gunan.
“Todos los días, antes de irse a trabajar, nos decíamos que nos amábamos. Al mediodía, nos mandábamos mensajes de texto para ver si el otro ya había almorzado”.
Fuerte y lleno de energía
Saeree Ruangsiri fue su compañero en la escuela de la Marina y ambos practicaron deportes de aventura.
Era “un hombre alegre que siempre hablaba en serio sobre su trabajo”, le dijo Saeree al servicio tailandés de la BBC. “Me enteré de la noticia dos horas antes de la conferencia de prensa. Me sorprendió y me entristeció”.
Saman estaba casado y no tenía hijos, según Saeree.