Hannah Warren, conocida como la primera persona en recibir un trasplante de órgano sintético en EU, no soportó una segunda operación a la que había sido sometida La niña de casi tres años que recibió una tráquea sintética en Estados Unidos falleció el sábado por complicaciones de una segunda operación, informó ayer la cadena NBC News. La paciente, Hannah Warren, que nació sin tráquea, se convirtió el 9 de abril en la primera persona en recibir un trasplante de un órgano sintético en Estados Unidos y la más joven del mundo en someterse a este tipo de intervenciones. La tráquea artificial, diseñada con fibras plásticas a las que se añadieron células madre de la médula ósea de la niña, fue realizada por el doctor Paolo Macchiarini, uno de los pioneros en este tipo de medicina regenerativa experimental. Según indicó Macchiarini al diario The New York Times, la muerte no estuvo relacionada con el trasplante de tráquea, que no había provocado rechazo, sino por otro problema en el esófago, que había obligado a que la pequeña se enfrentara a una segunda operación. Las complicaciones derivadas de esta intervención, destinada a resolver problemas de cicatrización del esófago, provocaron finalmente la muerte de la niña, que se había convertido en una esperanza respecto a la aplicación de la medicina regenerativa con células madre.