La alusión fue clara, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador no pronunció el nombre del aludido: un expresidente fue nombrado miembro del consejo de administración de una transnacional proveedora de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El aludido es Felipe Calderón Hinojosa, en cuyo sexenio incrementó la presencia del grupo español Iberdrola en México, donde opera su filial Avangrid, de la que Calderón, así como quien fuera su secretaría de Energía, Georgina Kessel, son miembros del consejo de administración.
“Una empresa, de estas que le vende energía eléctrica a la CFE, contrató a un expresidente de la República, que pasa a ser, cuando termina, consejero de una empresa extranjera que le vende energía eléctrica a la CFE (sic)”, espetó hoy el mandatario.
En su conferencia de prensa matutina, López Obrador insistió en que no sólo fue el expresidente, sino “quienes estaban en la secretaría de Energía” los que terminaban y se iban a empresas que habían sido favorecidas durante sus respectivas gestiones.
“¿Cómo se llama a esto? Conflicto de intereses, coyotaje, corrupción”.
Además de la mencionada Georgina Kessel, en ese supuesto encuadra la mayoría de la elite que en los años 90 eran conocidos como tecnócratas.
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