Pues tienen la ventaja de lucir inofensivas algo que aprovechan para ser aún más letales, Así es este grupo integrado por mujeres que aunque no se sabe con certeza si aún operan como hasta hace unos años, se rumora que luego de desertar del “Cártel del Golfo”, ahora juegan el papel de mercenarias al servicio del mejor postor.
A decir de expertos que han estudiado su nacimiento y crecimiento entre el bajo mundo del narcotráfico, el “Cártel Las Flacas“, aún opera de manera independiente a cualquier grupo, en las entidades del norte de México que colindan con la frontera de los Estados Unidos, como Tamaulipas, Chihuahua, Sonora así como Sinaloa, donde se dice que se mueven con un bajo perfil.
Según versiones periodísticas recogidas en la última década, el “Cártel de Las Flacas” está integrado por mujeres que han sido amantes de grandes capos del narco, aunque eso no está del todo confirmado, pues para muchos son leyendas urbanas.
Lo que sí es un hecho es que estas sanguinarias mujeres hacen lo que sea cuando de dinero se trata, no tienen reparo ni clemencia cuando es cuestión de cumplir con una misión, ya sea que el “encargo” signifique solo “dar un susto” por medio de un “levantón” (secuestro), o de plano matar a sangre fría de maneras que incluyen largas agonías.
Bellas y peligrosas: conoce el sanguinario cártel de Las Flacas: No quieren ocupar los roles administrativos de las esposas de los capos narco y buscan adrenalina como sicarias, estás mujeres jóvenes y delgadas son asesinas. Un par de años atrás, la muerte de Joselyn Alejandra…
Y es que gracias a sus encantos femeninos se ganan la confianza de sus víctimas con el poder de la seducción, usan un arma que los sicarios comunes no tienen, su cuerpo, para así no levantar ninguna sospecha y atraer a sus víctimas como si se trataran de las temibles arañas “viudas negras”, que después de usar al macho para procrear, simplemente lo convierten en su cena.
Son cientos las historias que circulan en redes sociales que dan cuenta de lo que estas mujeres sicario son capaces de hacer, así que sin duda, a nadie le gustaría toparse con ellas, y menos si algún cártel del narcotráfico les pagó para ello.