Dos jóvenes tendidos sobre una pista de baile: uno tenía un disparo debajo de la garganta, al otro le dieron en el pecho.
Hacia la una y media de la mañana del pasado domingo, el C2 reportó detonaciones de arma de fuego en un restaurante de la zona de Coapa, al sur de la CDMX: La Gaviota del Sur.
La unidad MX303 atendió el llamado. El agente José Vergara, número de placa 99 4507, se encaminó al restaurante, ubicado en avenida Cafetales, 1791.
En ese domicilio, la parte baja funciona como restaurante. Arriba hay un salón de fiestas. Los hechos habían sucedido en el salón, que había sido rentado desde una semana antes para “una reunión familiar”.
Ahora, el lugar estaba vacío. Dos personas, “inconscientes”, se hallaban en medio de la pista. Ambas estaban bocarriba, y tan juntas, que sus pies se tocaban. “Parecía que antes de morir habían estado platicando”, relató el agente. Eran dos muchachos de entre 25 y 30 años. En el piso había decenas de latas de cerveza y botellas de refresco. Al huir en estampida, los asistentes a la reunión habían tirado todo al suelo. Los líquidos de los envases se mezclaban con la sangre de los cuerpos.
El agente pidió la presencia de los servicios médicos, pero ya era tarde. Una de las víctimas fue identificada por un familiar. Tenía 26 años, se dedicaba a la compra venta de autos, lo habían detenido alguna vez por portación de arma, pero el caso no se judicializó.
De la segunda víctima, nadie sabía nada.
El gerente del negocio dijo que pasada la una de la mañana recibió una llamada: “Hay una bronca, hubo balazos allá arriba”. El encargado se hallaba en la parte baja del establecimiento cuando sucedieron las cosas. Dijo que con el ruido de la música y de los televisores no escuchó los disparos. “Se dio cuenta por la estampida. Se le hizo extraño. Subió a ver y vio los cuerpos tirados”, relató el subdirector del sector, cuyo indicativo es “Culhuacán Gam”.
Una invitada a la fiesta le relató luego al periodista Carlos Jiménez que el DJ estaba tocando, y que todos estaban tranquilos. De pronto “unos chicos entraron y sacaron el arma y dispararon”. La gente corrió despavorida. Los agresores se dirigieron a la puerta, y luego regresaron, no se sabe aún por qué: “Pensamos que iban a disparar, pero no fue así”.
Hace dos domingos la Secretaría de Seguridad Ciudadana detuvo a seis narcomenudistas en el bar La Jaus, ubicado en residencial Miramontes. Después de enfrentarse a tiros con los agentes, dos de los implicados huyeron. El titular de la dependencia, Jesús Orta, informó que una denuncia había puesto en conocimiento de las autoridades que “hay gente cuya actividad es el cobro de derecho de piso y venta de droga en establecimientos tipo bar”.
A los detenidos les hallaron dos pistolas calibre .45 y una 9 mm. También, cinco kilos de droga (uno de los detenidos fue liberado días más tarde, y según reportes periodísticos fue visto operando la venta de droga en la Condesa).
El año pasado, en un bar de Coapa, fue detenido Alexis Osmar “N”, El Osmar, uno de los cabecillas de la Unión Tepito. Traía droga, dinero y un arma de fuego. Osmar es considerado jefe de extorsionadores en antros del corredor Roma-Condesa-Polanco.
Su presencia en el sur de la ciudad indicó que la Unión Tepito tenía serios planes de expansión. De acuerdo con el periodista de EL UNIVERSAL, David Fuentes, este grupo criminal ha entrado en confrontación con la gente de El H, el ya detenido líder de narcomenudistas en Ciudad Universitaria, cuyo bastión se encuentra en la colonia Santo Domingo, en Coyoacán.
En el contexto de esa pugna se da la ejecución del domingo en la madrugada en La Gaviota del Sur: un ataque directo contra dos personas en el interior de un bar, como ha ocurrido tantas veces en ciudades de Michoacán, de Tamaulipas, de Chihuahua, de Guanajuato… las ciudades en llamas.
Ojalá esta doble ejecución no sea la señal de que la CDMX ha cruzado una línea.
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El Universal