Que había acudido al restaurante La Leche, en Puerto Vallarta, Jalisco, a celebrar un cumpleaños. Puerto Vallarta es una plaza que el Cártel de Sinaloa disputó durante años a los hermanos Arellano Félix y que con el pasar de los años se convirtió en una zona bajo el dominio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Iván Archivaldo Guzmán, hijos de «El Chapo» Guzmán y otras 18 personas celebraban aparentemente el cumpleaños de este último, cuando un comando entró al establecimiento, separó a las mujeres y se llevó a seis hombres, entre ellos, los dos chapitos -como se les conoce a los hermanos.
El lugar estaba resguardado por al menos 16 escoltas de los herederos Guzmán, pero fueron superados en número por los rivales, que eran aproximadamente unos 50 hombres.
En un video muestra cómo el comando sometió a los hijos de Guzmán Loera, uno de los hombres pateó en las costillas a Iván Archivaldo, quien quedó tendido en el piso y en ese momento entró al lugar un hombre que lo señala para que se lo lleve otro sujeto sin armas.
En distintas ocasiones «los chapitos» habrían recibido advertencias por parte del CJNG para no «invadir» su territorio, pero optaron por ignorarlas. «El Chapo» recibió la noticia en su celda en una cárcel de máxima seguridad en México.
Ignacio Cadena Beraud, dueño de la La Leche, mencionó que la irrupción de los hombres fue terriblemente violenta, pero sin heridos ni derramamiento de sangre.
En ese momento, el CJNG no solamente le disputada plazas al de Sinaloa, sino que al interior del cártel fundado por el Chapo Guzmán había una disputa con el grupo de «Los Dámasos», encabezado por Dámaso López Núñez «El Licenciado» y su hijo, Dámaso López Serrano «El Mini Lic», que había iniciado una batalla para quitar el mando a Ismael «El Mayo» Zambada y a los chapitos.
Las autoridades mexicanas llegaron a señalar que el secuestro había sido orquestado por «Los Dámasos» en alianza con el CJNG con la intención de desplazar al «Mayo» y a los hijos de «El Chapo».
Cinco días después, los chapitos fueron liberados. Las primeras versiones señalaron que en la negociación habían participado, además de «El Mayo», Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del extinto Cártel de Guadalajara, actualmente prófugo de la justicia, y el mismo gobierno mexicano que buscaba evitar un baño de sangre en caso de que los hijos de Guzmán Loera no salieron ilesos.
El semanario Ríodoce, de Sinaloa, publicó que después del secuestro Rubén Oseguera «El Menchito», hijo de «El Mencho», quien está preso desde 2015, fue confinado y puesto bajo presión permanente hasta que los chapitos fueron liberados.
El Cártel de Sinaloa habría aplicado la amenaza de que si los hijos de Guzmán Loera no aparecían con vida aplicarían la ley del «ojo por ojo, diente por diente».
»No quería Nemesio Oseguera dar su brazo a torcer, por eso lo presionaron con su hijo preso», dijo al semanario una persona cercana al proceso.
»En la negociación más fuerte se metió el gobierno federal, se involucró al hijo de ‘El Mencho’ como factor de negociación, y al mismo Rafael Caro Quintero; esto evitó que se hiciera un desmadre de violencia», destacó la publicación.
Ese fue el preámbulo de la violenta guerra que ahora libran los dos cárteles