El pasado lunes 16 de septiembre la cuenta de twitter de la asociación de protección animal denominada Mundo Patitas AC compartió un video a la Procuradora General de Justicia de Ciudad de México Ernestina Godoy, a su página institucional y a la Unidad de Contacto del Secretario de Seguridad Ciudadana para denunciar un caso de maltrato animal por parte de un sujeto de nombre Antonio apodado “el Orejas” quien actualmente está prófugo.
No es para menos, si nos limitamos a la mera observación de esta denuncia en redes sociales, la grabación de apenas 1:46 minutos es espeluznante, este hombre está en el patio de una casa sujetando a una perra pitbull por el cuello y azotándola contra el suelo varias veces en lo que el animal llora desesperadamente, luego él grita que la va a matar, golpea a la perra con una piedra e intenta asfixiarla con los dos brazos. Es algo sumamente doloroso de mirar y en las primeras noticias en los medios de comunicación se aseguraba que la pitbull Merry había muerto. Hasta aquí efectivamente hay un hecho delictuoso que la Procuraduría de aquella entidad ya está investigando.
Pero si profundizamos algo más cómo ya se ha realizado a lo largo de la semana que hoy concluye, nos daremos cuenta de otras prácticas de violencia previas que dieron como víctima secundaria a la mascota y es que quien grabó a este criminal fue una mujer, una familiar suya que durante todo lo que duró el ataque al animal gritaba implorando al otro que se detuviera.
En un país como este lo primero que se dijo fue: ¿Por qué sólo graba y no lo detiene? Pero hete aquí que esa mujer quien es prima de Antonio vivía en el mismo domicilio y era víctima constante de amenazas y golpes de su parte que culminaron en una denuncia anterior en la que le convencieron de otorgar el perdón, de hecho buena parte del ataque contra Merry iba dirigida a ella, por eso este hombre en pleno uso de sus facultades mira a la mujer y le dice: “Mira lo que me hizo, la voy a matar a la v…” y por eso entre la mujer más suplica él ejecuta su acción con mayor encono. Estamos ante una forma de violencia psicológica conocida como violencia instrumental o violencia vicaria.
Hay muchas expresiones y actos que pueden afectar profundamente a una víctima de violencia de género sin necesidad de tocarla, generalmente en un estado más o menos avanzado de dominación un agresor puede comenzar por cosas como golpear la pared, aventar objetos cerca de la persona a la que está atacando, destruir fotografías, recuerdos y cualquier otro objeto que sea significativo emocionalmente.
Y sí, los animales de la casa pueden ser lesionados lo que sucede delante de la víctima porque es indispensable para un agresor dado que se emplea el objeto o la mascota para lastimar a la mujer, pero también para que le llegue el mensaje: “Esto querría hacértelo a ti y si no haces lo que digo te pasará” El estadio más terrible de esta forma de violencia es lo que sucedió con el caso del español José Bretón, uno de varios ejemplos en los que se mata a los hijos para hacer daño a las madres como el extremo de las múltiples formas de violencia de género.
Además hay que recordar que no sólo existe la violencia machista en la pareja, ya la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares de 2016 del INEGI refiere que en los últimos 12 meses previos a la encuesta, el 10.3% de las mujeres de 15 años y más fue víctima de algún acto violento por parte de algún integrante de su familia, principalmente de violencia emocional pero también de tipo física, sexual, económica y patrimonial que provino de hermanos, padres y madres, tíos, primos e incluso familia política.
Para quien cree que hay tiempo suficiente para que importe en este país la violencia contra las mujeres habría de mirar el video y salir un poco de su realidad y de sus privilegios y entrar en lo que muestra ese 1:46 minutos de grabación, el día a día de mujeres y de familias a las que les estamos fallando. A más ver.
Claudia Almaguer
Twitter: @Almagzur