Por Victoriano Martínez
Por alguna razón, para esta semana el gobernador Ricardo Gallardo Cardona dio la instrucción de emprender un nuevo embate de despidos en contra de los burócratas sindicalizados sin la más mínima atención al cumplimiento de las formas legales y, mucho menos, a respetar los derechos de los trabajadores.
La característica común de los alrededor de 70 despidos injustificados reportados en los últimos tres días, conforme a los audios de denuncia que circularon en redes sociales por parte de los afectados, es que los nombres de éstos son fácilmente localizables en las nóminas publicadas por transparencia en tanto que los de los notificadores no.
Una circunstancia en la que trabajadores formales, incluso con décadas de antigüedad, ven violados sus derechos laborales por personajes que la propia información oficial no los reporta como empleados gubernamentales. No empleados que despiden a empleados. Algo que sólo pudo haber sido ideado por los creadores de la fantasmal Sandra Sánchez Ruiz y de la nómina maestra.
Un mecanismo de despidos injustificados para abrir espacio a nuevas contrataciones, también injustificadas. ¿Tan presionado está Gallardo Cardona para tener que recurrir a ilegalidades para generar vacantes para cumplir compromisos con quién y por qué?
Si Gallardo Cardona arrancó su sexenio con irrespetuosos señalamientos en contra de los burócratas, al calificarlos de huevones con jugosos sueldos, en su mundo de las ocurrencias ahora parece haber encontrado otra salida para justificar su confesa animadversión hacia la burocracia: pretender dividirlos a pesar de que están por cumplir cinco meses en plantón.
“La molestia de los sindicalizados es con sus mismos superiores, por eso ya no están atendiendo al llamado de las marchas y de todos los movimientos porque realmente al trabajador sindicalizado lo tienen jodido”, aseguró este jueves unas horas antes de que centenares de burócratas marcharan por el Periférico hacia el Centro de Convenciones para intentar hablar con él.
Una marcha y movilización más propia de una reacción espontánea de un gremio unido que de la respuesta a un llamado como los que asegura que ya no son atendidos. “Gallardo, entiende, el SUTSGE no se vende”, fue una de las consignas respuesta a su intento de un divide y vencerás.
Un jueves de un gran contraste en la acción gubernamental gallardista que, por un lado, ataca a una parte de la clase trabajadora que representan los burócratas, en tanto que del otro lado apapacha a la clase empresarial con la instalación del Consejo Consultivo Potosí, elitista y ni por asomo con perspectiva de género.
Un Consejo Consultivo para el que más bien Gallardo Cardona ha reclutado cuidadosamente a personajes que anteponen el lucro desmedido y abre la sospecha sobre privilegiar otro tipo de intereses que no tienen mucho que ver con el interés público.
Una acción muy alejada de su propia postura populista, hoy indudablemente falsa, que expresó en los primeros días de su campaña en marzo del año pasado: “Nos estamos enfrentando a los poderosos, nos estamos enfrentando a los ricos de San Luis Potosí, es una revolución de los pobres contra los ricos”, gritó en Tamazunchale.
Hoy esa revolución la ha enfocado contra los derechos laborales de los burócratas, con un intento de desacreditar a sus representantes sindicales cuya acción ha permitido que los tengan y es lo que explica la reacción rápida de movilización, bloqueo al periférico incluido.
Una marcha y bloqueo para lo que sólo faltó que Gallardo Cardona lanzara al otro club de complicidad empresarial, el Consejo Ciudadano por la Seguridad, para que se pronunciara urgentemente contra el derecho de manifestación y se activara un protocolo de represión. Una posibilidad que todavía sigue abierta.
Variaciones tales de su inoportuna revolución, que ahora pretende hacer ver a los representantes sindicales de los burócratas como sus propios enemigos, como si las conquistas laborales no fueran de aplicación general, incluso para los afiliados a todos los sindicatos.
Tanto se convence a sí mismo de que su ocurrencia es verdad, que este jueves llegó a manifestar un “ojalá que esa práctica cambie porque las bases sindicales ya están muy molestas y pues que exista una rebelión pues en la misma granja de ellos”.
Más inoportuna referencia a Rebelión en la Granja de George Orwell no pudo hacer Gallardo Cardona, cuando desde Palacio de Gobierno se transmitía la instalación del Consejo Consultivo Potosí en un acto en el que se le veía junto a los poderosos y ricos que inspiraron su revolución. Una escena muy similar al final de la novela orwlliana que se podría parafrasear así:
En la pantalla aparecía Gallardo Cardona y después un rico; un poderoso y después Gallardo Cardona; y de nuevo Gallardo Cardona y después un Teófilo Torres Corzo… y ya no se podía saber cuál era cuál.
Astrolabio
https://www.astrolabio.com.mx/cuales-son-los-compromisos-de-gallardo-cardona-y-con-quien/