El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó ayer a su Ejército entrar en los territorios separatistas en el este de Ucrania, tras haber reconocido su independencia, desafiando las amenazas de sanciones de Occidente en una jugada que puede desatar una guerra con Kiev.
Dos decretos de Putin piden al ministerio de Defensa que “las fuerzas armadas (asuman) las funciones de mantenimiento de la paz en el territorio” de las “repúblicas populares” de Donetsk y Lugansk.
Ningún calendario de despliegue ni su magnitud fueron anunciados hasta el cierre de esta edición.
“Considero necesario tomar esta decisión, que había madurado desde hace mucho: reconocer inmediatamente la independencia de la República Popular de Donetsk y de la República Popular de Lugansk“, agregó el mandatario ruso.
Además, reclamó a Ucrania el cese inmediato de las “operaciones militares, de lo contrario, toda la responsabilidad de un mayor derramamiento de sangre recaerá sobre la conciencia de Kiev“.
Posteriormente, Putin firmó acuerdos de “amistad y ayuda mutua” con los territorios.
Esta decisión pone fin al inestable proceso de paz bajo la mediación de Francia y Alemania, que preveía la vuelta de los territorios al control de Kiev, a cambio de una amplia autonomía para resolver el conflicto iniciado en 2014, tras la anexión rusa de Crimea.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, respondió a estas declaraciones anunciando la convocatoria del Consejo de Seguridad y dijo que había hablado de la cuestión con su homólogo estadounidense, Joe Biden.
Ucrania reclamó, además, una reunión “inmediata” del Consejo de Seguridad de la ONU ante la amenaza de una invasión rusa.
Mientras, el canciller alemán Olaf Scholz, el presidente francés Emmanuel Macron y Biden señalaron que la decisión de Putin “no quedará sin respuesta”.
Los tres líderes “están de acuerdo en que esta medida unilateral de Rusia constituye una violación clara” de los acuerdos de paz de Minsk para solucionar el conflicto, dijo la cancillería alemana, tras una entrevista entre los mandatarios.
En tanto, el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, también condenó una decisión que “socava aún más la soberanía y la integridad territorial de Ucrania“. Y el primer ministro británico, Boris Johnson, denunció una “violación flagrante”.
La medida es un descarnado ejercicio de poder geopolítico, y la única duda es el alcance que el gobierno ruso desee darle. Después de todo, Putin hizo notar que “Ucrania no sólo es un país vecino, es parte de nuestra cultura”.
Por su parte, México favoreció “la solución política del conflicto, el respeto a la integridad de Ucrania y de las resoluciones” de Naciones Unidas, dijo el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, antes de que se iniciara ayer la sesión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
“Mantendremos esa oposición”, afirmó el canciller mexicano, durante la sesión del Consejo.
VIOLACIONES, SIN TREGUA
Los observadores de la OSCE registraron en 48 horas más de tres mil 200 nuevas violaciones del alto el fuego en vigor en el este de Ucrania, informaron ayer.
De su lado, los separatistas reportaron la muerte de tres civiles en las últimas 24 horas, así como la explosión de un depósito de municiones en Novoazovsk, acusando de ello a “saboteadores ucranianos”.
Las autoridades de las dos “repúblicas” prorrusas ordenaron la movilización de los hombres en estado de combatir. Moscú indicó ayer que cerca de 61 mil personas habían sido evacuadas de la zona de alto peligro.
El Heraldo de México