Harry M
Tuvimos un escándalo nacional conformado por la falta de conciencia en los seguidores de un equipo deportivo, la inexistente responsabilidad en los dirigentes del Club, y una vez más, el gobierno, quien suele brillar por su ausencia. Y no debemos confundirnos, aquí todos somos culpables, pues si bien San Luis es otro estado, esto pudo haber ocurrido en cualquiera de nuestros centros deportivos. Así es, reitero, lo sucedido no es exclusivo de los Gallos Blancos, cualquiera que haya visto o presenciado a la afición de un partido de futbol ha visto golpes, acoso y hasta drogas.
Lo sucedido es algo que eventualmente se iba a dar, y bastaba con que las autoridades y responsables hicieran lo que debían hacer para evitar las supuestas muertes, lesiones, daños y traumas que esto dejó en las familias mexicanas. Pero estos son problemas difíciles de resolver, y no por temas de presupuesto, ni estudios técnicos, la verdad es que en nuestro país hay una brecha de desigualdad que genera personas sin conciencia, adormecidas por alcohol y otras substancias, que actúan sin raciocino. Porque, pensemos lo absurdo e irreal de una situación en la que un ser humano mata a otra en un evento deportivo, por razones del tipo “Esa persona tiene la camisa del club que le ganó al equipo que yo apoyo” … corrijo … un humano mata a otro sin la posibilidad de razonar el porqué.
Es así como, en mi humilde opinión, la piedra angular no es que no se hicieran presentes las medidas de seguridad para prevenir y contener el contingente, el punto es que simplemente no se debería necesitar vigilancia, seguridad, restricciones a venta de alcohol y demás medidas, pues cada persona debería tener la capacidad de autorregularse, cada grupo de aficionados debería entender los límites de lo que se puede hacer en un partido. El asunto es que toda la responsabilidad de esta tragedia va a terminar en manos de quienes están en los estratos altos de la sociedad, quienes con violencia en mano harán encarcelar a los autores de estos crímenes para finalmente dejarnos a los demás contentos.
Esto es un llamado de atención a todos los sectores; gobierno, asociaciones deportivas, empresarios y quien más se guste unir, necesitamos buscar soluciones reales, atender las causas de lo que esta generando personas capaces de agredir sin mayor motivo que una rivalidad deportiva. ¿O nos conformaremos con quitarles la libertad? Mientras con impuestos pagamos que sean vigilados, alimentados y convivan con otras personas en condiciones similares, para que después de algunos años se reintegren, así sin más, a las calles y casas. El problema del futbol no es el futbol, el problema del futbol es México y las condiciones en las que pone a familias para que broten individuos sin posibilidad de desarrollarse con integridad.