Juana, la rescatista de perritos en comunidades desplazadas por el narco; esta es su historia

La historia de Juana conmovió a los amantes de los animales, incluso a los que no. Ella, es una rescatista cuya violencia modificó su altruismo. Ahora, debido al narco, ayuda a perritos cuyas familias fueron desplazadas de sus comunidades.

Su labor la ejerce en poblados donde no entra el Ejército por temor a ser abatidos. Sin embargo, su amor por las mascotas es más grande que eso, documentó para MVS el periodista Óscar Balmen.

Juana es una heroína anónima. Su primera intervención de la rescatista fue en la comunidad de Sauz de los García de Abajo, Zacatecas. Dicho pueblo fue desplazado debido al narco, dejando en el olvido a los perritos.

Hace unos años, en dicho poblado vivían cerca de 100 familias sin mayores preocupaciones, rodeados de verdes campos. Ahora es considerado un pueblo fantasma.

Y es que en la actualidad, la comunidad tiene registrados a cinco habitantes. El resto, huyó debido a la violencia generada por los narcos en su lucha por el control geográfico.

Según el periodista, Sauz de los García es una región “desolada”. Sin embargo, con frecuencia se observan camionetas con personas armadas.

Juana, la rescatista de perritos que desafía al narco

Aquí es donde aparece Juana, la rescatista de perritos. Ella, en una labor suicida, decidió viajar al pueblo fantasma. Ya en el sitio, brindó agua y alimentos a los animales.

Muchos de ellos, cuenta, están excesivamente delgados a causa del hambre. Además están deshidratados y no son capaces de caminar por si mismos.

No se trató de un abandono. De hecho, las familias cuidaban de los animales pero fueron obligadas a abandonar la comunidad por miedo; no hubo tiempo de cargar con ellos.

El valor de Juana es incalculable. Sin compañía, camina kilómetros para llevar alimento, agua y caricias a los perritos abandonados. Ella es su único ángel.

La mujer salva seres vivos en un país que extravió el valor de la vida. Un recordatorio que siempre hay destellos de luz que nos enseñan que no todo está perdido, reflexionó el periodista Óscar Balmen.

Plumas Atómicas

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