El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció esta mañana que planea enviarle una carta a su homólogo estadounidense, Joe Biden, por las consultas formales que están realizando algunas empresas bajo el T-MEC en materia energética.
“Estoy con ganas de enviarle una carta para decirle: ‘Oiga, ¿qué está sucediendo? A lo mejor usted no está informado. Siempre me ha dicho que nuestra relación se va a dar con un pie de igualdad’”, expresó durante su conferencia matutina.
El mandatario señaló que la intención es saber quiénes son los que están tomando estas decisiones y que el Presidente Joe Biden le ayude a México a aclarar qué es lo que está pasando.
“Aún tratándose del mercado más importante del mundo, si tener acceso a ese mercado nos implica ceder soberanía, no lo aceptamos. No vamos a entregar nuestra independencia a ningún Gobierno extranjero”, añadió.
En ese sentido, el Jefe del Ejecutivo federal también aseguró que no fue en vano que se detuviera la negociación por casi 15 días tras oponerse a lo que habían negociado funcionarios de la administración pasada.
Además, el Presidente López Obrador aseguró que “no va a haber ruptura del tratado”. “Nosotros le tenemos respeto al Presidente Biden y a Estados Unidos, actuamos con responsabilidad. Entonces, lo que quieren los conservadores es amarrar navajas, son muy elementales, pero esto no es así. Esto tiene que ver con argumentos”, concluyó.
Estados Unidos y Canadá activaron el pasado 20 de julio un mecanismo de solución de controversias establecido en el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que podría derivar en la aplicación de sanciones comerciales contra México.
Washington sostiene que las políticas energéticas impulsadas por la administración de López Obrador favorecen injustamente a las compañías mexicanas estatales de electricidad y petróleo frente a competidores estadounidenses y proveedores de energía limpia.
Entre los temas específicos en disputa está una reforma del año pasado a la ley mexicana sobre el sector eléctrico que, según Estados Unidos, privilegia injustamente la producción de electricidad de la compañía estatal, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sobre la generada por empresas privadas y sobre fuentes más limpias como la eólica y la solar.
Un día después, López Obrador defendió nuevamente sus políticas energéticas y dijo que si no hubiese actuado en esa materia se habrían dado aumentos en los precios de la luz y los combustibles, además de que se habría avanzado en la desaparición de la CFE.
Estados Unidos también se quejó de una regulación de 2019 que otorga sólo a Petróleos Mexicanos (Pemex) tiempo adicional para cumplir con los estándares ambientales más estrictos que limitan el azufre permitido en el combustible diésel para automóviles.
Asimismo, Washington acusa a México de retrasar, rechazar o no actuar sobre las solicitudes de permisos de empresas privadas para operar en el sector energético mexicano y de revocar o suspender los permisos existentes.
Por su parte, la Ministra de Comercio Internacional de Canadá, Mary Ng, reconoció que las autoridades canadienses han planteado preocupaciones respecto al cambio en la política energética de México, y dijo en un comunicado que estaban de acuerdo con Washington en que las políticas mexicanas son “incompatibles” con las obligaciones del tratado y es por ello que decidieron iniciar las consultas para abordar las preocupaciones.
En tanto, Tatiana Clouthier, Secretaria de Economía de México, afirmó el jueves pasado que se buscará llegar a coincidencias.
Si los países no llegan a un acuerdo después de 75 días de consultas, Estados Unidos y Canadá pueden solicitar la intervención de un panel de resolución de controversias tal y como estipula el T-MEC.
La Secretaría de Economía precisó que esta es la cuarta vez que se utiliza este mecanismo de solución de controversias desde que el T-MEC entró en vigor hace dos años.
Primero fue activado por Estados Unidos contra Canadá por la distribución de cupos en el sector lácteo, y posteriormente por Canadá contra Estados Unidos por una medida de salvaguarda en materia de células fotovoltaicas.
La tercera vez lo pusieron en marcha México y Canadá contra Washington por la interpretación y aplicación de las reglas que determinan dónde deben originarse las piezas de automóviles para que puedan ser consideradas libres de impuestos.
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