EL RADAR, El editorial de ANTENA.
Alejandro Fernández Montiel, ex titular de la Procuraduría de la Defensa de las Personas Adultas Mayores, Gestión y Participación Social (PDPAM), fue aprehendido por violación a un menor de edad, seis días después fue vinculado a proceso y hoy miércoles 17 de agosto su juicio oral se reanuda.
Hay serias sospechas de que el tribunal de enjuiciamiento colegiado asignado al tema han sufrido presiones inimaginables, han estado sujetos a una colisión de intereses que pretenden en primer término sacar por la puerta de atrás del penal al indiciado, en segundo aprovechar su poder y decisión para montar un trampolín a la defensa del ex funcionario para que rebote el endeble escudo de lo indefendible…
Por su altísimo impacto social.
Por la libertad de expresar desde este medio la firme preocupación de que un abuso de poder reiterado y abominable no se repita.
Por la convicción de que se debe hacer justicia a un niño, hoy apenas mayor de edad para que entienda que hay esperanza, causa y efecto en una vida pasada por la tragedia.
Por todo esto y más hoy esta casa editorial envía un mensaje directo y contundente con 4 preguntas que deben ser contestadas, sin más evasivas, sin más mentiras, sin más estúpidas contradicciones.
¿Saben Francisco Pablo Alvarado Silva, Carlos Alberto Ávalos Hernández, y Javier Pérez Contreras integrantes del tribunal que su carrera, prestigio e integridad, personal, profesional y herencia familiar depende de cernirse a la verdad en este caso?
¿Entienden Francisco Pablo Alvarado Silva, Carlos Alberto Ávalos Hernández, y Javier Pérez Contreras juzgadores bajo presión, que ya cambiaron los tiempos, que el poder judicial no se puede esconder en el anonimato, ni tampoco se pueden resguardar en las concertasesiones que resulten de un chantaje mediático, económico o político?
¿Saben Francisco Pablo Alvarado Silva, Carlos Alberto Ávalos Hernández, y Javier Pérez Contreras, aplicadores potenciales de justicia o catalizadores de la impunidad que su apego a las pruebas comprobables y la negación de los abrumadores embustes y flagantes contradicciones que han permitido a la defensa en lugar de inflar esperanzas acota sus márgenes para condenar?
¿Entendieron a tiempo Francisco Pablo Alvarado Silva, Carlos Alberto Ávalos Hernández, y Javier Pérez Contreras que después de su actuar nunca habrá redención porque o quedarán marcados como prostitutas de la oligarquía o como salvadores de la dignidad de las instituciones fallidas (hasta ahora?
Al tiempo.