¿La venganza de Kim Jong-un?, ¿la llegada de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis?, ¿muñecos diabólicos haciendo el conjuro a Damballa al mismo tiempo?, “¿la cosa solar?”… Varias y muy diversas hipótesis se lanzaron luego de ver cómo el cielo de Ciudad de México se iluminó de manera siniestra mientras sucedía el sismo marca diablo de madrugada. Sin embargo, parece que nadie le atinó y ya que ninguna voz autorizada (como Maussan, el Brujo Mayor o Mhoni Vidente) ha explicado qué hizo resplandecer el nublado cielo, las luces en el cielo…. pues ahí les vamos.
No es la primera vez que se presentan las luces que muchos notaron mientras la tierra se movía.
De hecho, aunque no muy comunes, han sido documentadas y reciben el muy atinado nombre de “luces de terremoto”, provocadas porque el movimiento geológico de la Tierra produce cargas eléctricas. De acuerdo con Friedemann Freund, profesor de física en la Universidad de San Jose e investigador de la NASA, los relámpagos duran fracciones de segundos y pueden tomar diversas formas y colores.
Luces en el sismo
Observables en sólo 0.5% de los movimientos telúricos, las “luces de terremoto” o triboluminiscencia a veces se presentan como llamas azuladas provenientes del suelo a la altura del tobillo.
En algunas ocasiones se observan esferas de luz que flotan en el aire por algunos segundos e incluso minutos y también aparecen como destellos parecidos a los relámpagos comunes, con la excepción de que su origen es la tierra y se elevan hasta más de 200 metros.
De acuerdo con National Geographic, son varios los registros que se han hecho de las “luces de terremoto” a través de los siglos.
Se han registrado casos en Italia, cuando en la región de L’Aquila la gente vio “llamas” segundos antes de un temblor, esto en 2009.
Algo más tendiente al pánico pasó en Quebec, cuando 11 días antes del terremoto del 12 de noviembre de 1988, no pocos reportaron que en el río St. Lawrence una brillante esfera de color rosada se dejó ver… ahh, porque este tipo de luce se puede ver ya sea antes, durante o después del movimiento de las placas tectónicas.
Antes de las investigaciones de Freund y su equipo (quienes documentaron incidentes ocurridos desde 1600), la gente solía señalar que las luces eran visitantes de otro mundo (ovnis, pues) y razones tenían de sobra… imagínense ver en el cielo siete globos brillantes color amarillo flotando sobre una montaña, pues eso le pasó a un canadiense en la década de los 70, en el lago Tagish.
Sopitas