La tragedia se hizo presente el pasado 17 de diciembre, cuando Dedilson de Oliveira Souza, de 41 años, y su hijo Danilo, de 8, fueron a vender dulces.
Al final del día, el vendedor ambulante se disponía a regresar a su casa, a la ciudad de Goianira, a 25 kilómetros de la capital, donde se encontraría con su esposa, Deisiane, y sus otros tres hijos.
Sin embargo, casi a las 8 de la noche, un accidente cambió el destino de la familia: el conductor Francilei da Silva Jesus, de 33 años, entró a una curva peligrosa a gran velocidad y sorprendió a Dedilson y Danilo.
Francilei salía de una fiesta en la empresa de material eléctrico donde trabajaba. Según la investigación de la Policía Civil, llevaba unas cinco horas bebiendo antes de ponerse al volante.
Según la Policía Civil, el auto invadió la pista y golpeó directamente a Danilo, quien quedó presionado contra un árbol. El niño murió en el impacto, frente a su padre. Francilei trató de huir, pero Dedilson intentó de detenerlo por la fuerza. Le lanzó un puñetazo que noqueó al conductor y, nervioso, cogió una piedra y le dio once golpes en la cabeza, ya desmayado, según vídeos obtenidos por la Policía Civil.
Francilei fue llevado por los bomberos a Hugol (Hospital de Urgências Governador Otávio Lage de Siqueira), con traumatismo craneoencefálico, pero murió tres días después.
Dedilson fue detenido por tentativa de homicidio y trasladado a la Central de Flagrantes, mientras que el cuerpo de Danilo fue enviado al IML (Instituto Médico Legal). El caso conmocionó a la ciudad.
Excélsior