Una veintena de expresidentes de España y Latinoamérica expresaron el lunes preocupación por el silencio de la región y, específicamente, del mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador ante las recientes acciones adoptadas por el gobierno de Nicaragua contra opositores, que han sido rechazadas por varios gobiernos extranjeros y organizaciones humanitarias.
El grupo de exjefes de Estado y de gobiernos, mayoritariamente de tendencia de derecha y centro, afirmó que lamentaba “el silencio” de la mayoría de los gobiernos de la región, con excepción de los presidentes de Chile y Ecuador, ante lo que califican de “arremetida dictatorial” de Nicaragua.
La semana pasada el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, declaró “traidores a la patria” a 94 opositores y críticos a quienes les quitó la nacionalidad y ordenó confiscarles sus bienes inmuebles. La medida se anunció pocos días después de la condena a 26 años de prisión que se impuso contra el obispo Rolando Álvarez y de la excarcelación y destierro de 222 opositores presos.
En el comunicado del foro internacional no gubernamental Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), los exmandatarios destacaron el rol del presidente mexicano López Obrador, a quien interpelaron porque “calla ante el ejercicio y las violaciones de derechos humanos” que ocurren en Nicaragua, mientras cuestiona abiertamente la administración de la presidenta peruana Dina Boluarte.
Entre los nombres de exgobernantes que respaldan el comunicado de IDEA figuran el español José María Aznar, el costarricense Óscar Arias, los colombianos Iván Duque y Andrés Pastrana, los chilenos Eduardo Frei y Sebastián Piñera, el argentino Mauricio Macri, los panameños Nicolás Ardito Barletta, Mireya Moscoso y Ernesto Pérez Balladares, los ecuatorianos Lenín Moreno, Lucio Gutiérrez y Jamil Mahuad y los mexicanos Vicente Fox y Felipe Calderón, ambos fuertes críticos de López Obrador, entre otros.
El grupo IDEA fue creado en el 2015 y se define en su web como “un foro” que “desde la sociedad civil y en sede de la opinión pública internacional, observa y analiza los procesos y experiencias democráticos iberoamericanos”. Desde su constitución, ha hecho diferentes pronunciamientos sobre Venezuela, Cuba, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Ecuador y El Salvador.
AP solicitó a la Cancillería mexicana una reacción sobre el pronunciamiento de los expresidentes en contra de López Obrador, pero no hubo comentarios de momento.
Respecto a lo que ocurre en Nicaragua, los gobiernos de Chile, Ecuador y Colombia se han pronunciado en los últimos días. “No sabe el dictador que la patria se lleva en el corazón y en los actos, y no se priva por decreto”, dijo el sábado el mandatario chileno Gabriel Boric al solidarizarse con los escritores Gioconda Belli y Sergio Ramírez, la activista Sofía Montenegro y el periodista Carlos Chamorro luego de que les retiraran la nacionalidad.
También la Cancillería ecuatoriana hizo el pasado viernes un llamado al gobierno de Ortega para “rectificar” y “liberar a los presos políticos y a devolver a este país a la vida democrática”.
Colombia manifestó, asimismo, preocupación por la decisión de Ortega de retirar la nacionalidad a grupo de críticos, y exhortó, en un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, a “generar medidas de confianza que contribuyan a la reconciliación nacional, al respeto del Estado de derecho y al bienestar del pueblo nicaragüense”. Asimismo, el gobierno del izquierdista Gustavo Petro dijo que seguirá con atención las decisiones de Nicaragua sobre un importante grupo de nicaragüenses detenidos.
El gobierno de López Obrador no se ha pronunciado frente a los acontecimientos de Nicaragua, aunque a mediados del 2021 llamó a consultas a su embajador en Managua por “las preocupantes acciones políticas” de Ortega, que llevó a la cárcel a líderes opositores y aspirantes a la presidencia del país centroamericano.
En enero del año pasado, el mandatario mexicano anunció que pediría el beneplácito para un nuevo embajador en Nicaragua. López Obrador sostuvo en esa oportunidad que su administración tiene “buenas relaciones con todos y no queremos ser imprudentes”. Y añadió que “no se puede hacer a un lado nuestra política de autodeterminación de los pueblos”.
En el caso de Perú, López Obrador se ha distanciado de la habitual postura mexicana de no injerencia en los asuntos internos de otros países y, en contraste, ha explicitado su respaldo al destituido presidente peruano Pedro Castillo, quien está encarcelado en Lima y enfrenta cargos de presunta corrupción, organización criminal y lavado de activos.
La semana pasada el mandatario mexicano consideró como “espurio” el gobierno de Boluarte y anunció que no entregaría a Perú la presidencia de la Alianza del Pacífico, que integran Chile, Colombia, Perú y México.
El Financiero