El drama en torno al submarino perdido Titan sigue en aumento. Horas después de haberse alcanzado el límite de oxígeno estimado para los 5 tripulantes de la nave, la Guardia Costera de los Estados Unidos ha afirmado haber encontrado unos “restos de la cubierta trasera” cerca de la zona en la que se encuentra el Titanic. Esto refuerza una siniestra teoría: que el submarino podría haber reventado a causa de una implosión.
Entre todas las hipótesis que actualmente se barajan debido a lo sucedido con el submarino, una de las que más fuerza han cogido es la que ha lanzado Michael Harris, buzo experto y especialista en expediciones a los restos del Titanic. En entrevistas a distintos medios como la Fox News, Harris apuntó que el submarino podría haber sufrido una implosión debido a la presión de las aguas oceánicas.
Una implosión es un proceso con efectos contrarios a los de una explosión. En el caso de una explosión, los objetos se expanden de adentro hacia afuera de su centro. La implosión funciona justo al contrario; el objeto colapsado se contrae hacia su centro, debido a que la presión exterior al mismo es mayor a la interior. Harris cuenta cómo este submarino podría haber cedido a la presión del agua, superando la resistencia del casco.
La teoría de la implosión
En caso de que Harris tuviera razón, la implosión se habría producido por la enorme presión del agua producida en la inmersión del submarino. La presión habría superado la resistencia del casco del Titan, deformando su estructura y presumiblemente acabando con la vida de los tripulantes del submarino. Recordemos que los restos del Titanic, punto de destino del Titan, están situados a 3.800 metros de profundidad.
Con la inmensa presión a la que está sometido el vehículo a esas profundidades, cualquier fuga, por pequeña que sea, puede ser fatal. Si eso ha sucedido, Titan puede haber acabado en el lecho marino, sin posibilidad de emerger. Y es que cabe tener que a esa profundidad la presión es tal que supera los 400 kg por centímetro cuadrado.
Algo que apoya esta teoría serían los sonidos de “golpes” que se detectaron ayer en la zona en la que desapareció el Titan. La implosión, al deformar abruptamente la estructura, habría generado ondas muy concretas, que podrían ser detectadas con herramientas hidrofónicas o en su defecto, dispositivos como sismógrafos. Dichos sonidos se tomaron inicialmente como una posibilidad de que los tripulantes seguían con vida.
Además, cabe tener en cuenta para esta teoría se sustenta en los fallos estructurales y la falta de supervisión que sufriría el submarino. No solo el Titan no estaba clasificado por ninguna entidad oficial, sino que algunas voces denuncian problemas en los controles de calidad de OceanGate. Así lo explica David Lochridge, antiguo director de operaciones marítimas de OceanGate. Lochridge presentó en 2018 un informe donde explicaba, precisamente, estas carencias.
Actualmente el paradero del Titan sigue siendo una incógnita. La Guardia Costera de los Estados Unidos, en su anuncio respecto a los restos encontrados en el área de búsqueda, añade que la información está siendo evaluada por los expertos dentro de los cuerpos de rescate, por lo que aún es imposible saber siquiera si dichos restos pertenecen al submarino.
Las estimaciones de los expertos situaban el límite de oxígeno en el interior del Titan en las 13:08 horas (hora peninsular española), indicativo de que posiblemente el aire dentro del submarino ya se haya agotado. Algo que también es una incógnita, debido a que no se sabe si los tripulantes han adoptado o no medidas para extender ese límite de tiempo y optimizar el aire respirable.
Sin embargo, los equipos de rescate han incluido personal médico y equipamiento sanitario en caso de que se dé con el paradero del submarino incluso en estas últimas horas críticas. Jamie Pringle, experto en geociencias forenses de la Universidad inglesa de Keele, declaró a AP que la “falta de oxígeno es la clave ahora; aunque lo encuentren, tienen que llevarlo a la superficie y desatrancarlo”.
El Español
