EL RADAR: LA NUEVA TORMENTA EN EL DESIERTO.
El Editorial de Antena.
“La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa”. Erasmo de Rotterdam, humanista neerlandés.
El presidente de la Junta de Gobierno y alcalde de la capital potosina, Enrique Galindo anunció que logró con éxito la gestión de 44 millones de pesos de parte de la Comisión Nacional del Agua para sostener el Plan Emergente y seguir la rehabilitación y puesta en funcionamiento de pozos en la crisis hídrica vigente.
En respuesta inmediata el Gobernador del Estado Ricardo Gallardo, mandatario “afiliado” a la 4T (y que en algún momento reciente en su potestad única, pidió a López Obrador ayudarle a cancelar la concesión del Realito; el Presidente Morenista le contestó en público, “ pero ya”), contestó con un programa de cisternas para zonas populares y un teléfono de abasto de pipas para sus ahijados.
(Parece que los 15 minutos de Fox son equivalentes al, “pero ya” del Tabasqueño, pero hay sendas diferencias y en lo local las hay aún más profundas.)
A Gallardo le gusta hacer las cosas a su estilo y es respetable: administrar la crisis hídrica, aceitándola con acusaciones directas de incapacidad y ayer hasta de fraude por un crédito que pidieron a Bansi, enroscando a Galindo a quien acusó también de “vender la cartera” de Interapas a esta institución financiera. El organismo operador del agua a través de sendo comunicado aclaró el tema precisando que la marmaja de Bansi no representó deuda pública; y que se pagaron con una mezcla de recursos peso por peso, en proporción de 75 millones de pesos aportados por el Ayuntamiento al Interapas, más los otros 75 de crédito quirografario durante el ejercicio fiscal 2022 que ya fueron completamente pagados y ejercidos cumpliendo las reglas, según el palomeo realizado por la Junta de Gobierno del Interapas el 26 de enero de 2022, mientras que la segunda etapa de la aplicación de estos recursos se aprobó el 30 de marzo del mismo año.
En la contra réplica del Gobierno de Gallardo, se montan en la observación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y se suman al exhorto que se hizo al propio Gobierno del Estado de San Luis Potosí, sus Municipios y demás entes públicos del estado, a que se abstengan de celebrar convenios, contratos o cualquier otro instrumento jurídico, en el que se prevea la posibilidad de ceder los derechos de cobro, en favor de una institución financiera, ya que de manera indirecta están adquiriendo obligaciones de pago con una institución de crédito, sin apegarse a las directrices de contratación en materia de Deuda Pública.
Para reducir la verborrea, podemos concluir en que la “guerra del agua” potosina empezó, es una guerra de guerrillas donde el dueño del parque lo gestiona como en un “live” de facebook, y la tropa encuartelada defiende la plaza como gato boca arriba pero conecta natural con sus “defendidos”.
El enemigo asimétrico tendrá que ir hilando cuidadosamente que si logra la desactivación al menos parcial o momentánea del componente armado de su adversario gana, y lo que significa el triunfo de cada batalla, es el espacio o la razón en medios, pero lo que se vive es el efecto espejo en la población, nunca un tema político-electoral había sido atravesado en San Luis por un servicio y derecho tan trascendente como el del agua. Los medios de presión política, social y jurídica, pueden eventualmente erosionar algunas capacidades “militares” de los adversarios en pugna pero no pueden ser nunca definitivos, porque la batalla es día a día, y en terrenos sin control total de nadie. El problema peor es que el desgaste lo llevan los “militares” pero como en la guerra real, lo pagan los civiles, que pueden o no tener efectos reales (en este caso que haya agua suficiente para todos). Hoy como nunca hay hostilidades en erupción, hace meses no hubiésemos podido pensar en un equilibrio de fuerzas reales, pero la zona de confort en la que entró el súper-poder de Palacio, fue combatido estratégicamente por las minas puestas por la UAM. Se llegó el día cero y con el la nueva “Tormenta del Desierto”, hacerse con el control de un discurso, que hace cuna en una opinión pública altamente cambiante en redes sociales, es el efecto mariposa de un episodio desconocido por la quisquillosa grilla potosina.