LA PODRIDA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN

DESTACADOS, RADAR

El Radar / El editorial de Antena

Fuera de todo esto, que no cuenta para nada, ¿Qué se puede hacer en este país? Nada, ni dejarse engañar.

El pozo” (1939), Juan Carlos Onetti

Existe un minucioso trabajo en la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) en el que recientemente se descubrió que en 16 casos de corrupción bajo su lupa se evidencia la falta de eficacia del combate a la corrupción de parte de nuestras más altas instituciones.

Imagínense que el recuento desnuda que de 16 casos de corrupción analizados solo se generó un proceso penal a 85 personas de 212 vinculadas. Menudo número que significa que cerca de 60% de los implicados no han sido ni investigados, mucho menos procesados por la justicia. 

De los 85 indiciados nada más 8 personas han sido ya sometidas a todo el proceso penal.

Para acabar pronto, el combate a la corrupción en este país, y obviamente en este estado es otro escaparate de simulación de una indecencia galopante.

El combate a la corrupción es una puesta de escena corrupta, selectiva y con un techo altísimo para poder sortear sus aduanas por los recursos ínfimos de los que integran las averiguaciones y expedientes, para los fiscales que empujan los procesos y un campo de cultivo de renegociación política en todos los niveles del circo que subsiste.

En el trabajo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad quedó además en claro que este gobierno federal, “el paladín anti corrupción”, quien “reescribió” la historia de México en un “nuevo y definitivo” ejercicio de justicia y erradicación de la mentada corrupción es un discapacitado con herramientas sin filo, intenciones sesgadas y lo peor, una sociedad que prefiere escuchar la desatada verborrea del Mesías de Macuspana que asegura que ya todo cambió por obra y gracia del Espíritu Santo de la Cuarta Transfiguración Divino que también está encarnado en él, y el golpe de realidad de esta idea radica en una cifra clara: tan solo en 9 casos correspondientes al sexenio de Andrés Manuel López Obrador y 7 al de Enrique Peña Nieto, se descubrieron desvíos de recursos que ascienden a una cifra de, por lo menos, 26,738 millones de pesos.

Por si fuera poco los devastadores números revelaron que el grado de avance promedio en la resolución de los casos es de tan solo el 25%, y ninguno de ellos ha superado el 60%, evidenciando la persistente impunidad en el país.Ninguno de los casos de corrupción del sexenio pasado o actual ha sido resuelto en su totalidad, con claridad todo es saliva, cruce de intereses políticos y más de lo mismo, el criminal “dejar hacer, dejar pasar”.

En San Luis Potosí el punto de quiebre es peor, hay ya nominados al Óscar a mejor actor, mejor guión de ficción y mejor falso documental. Hay un Gobierno que intituló su saga como “Los Vengadores contra la Herencia Maldita”, y de poder ser un thriller serio, acabaron en una comedia de ficheras donde se vale el cambio de mesas sin copa y el chiste subido de tono con mentada de madre de fajador de barrio. ¡Una verdadera bergoña!

Pero la esperanza es lo último que se pierde y ayer el Gobernador Gallardo desveló que la Fiscalía ya tiene en la mira a un alcalde que tiene cerca de 40 propiedades. Su discurso fue tremendo, devastador para todos los propósitos.

“No es posible que haya funcionarios y ex funcionarios que no nada más hayan entrado al Gobierno del Estado o las presidencias municipales para comprarse una buena casa, que bueno que hubiera sido nada más una buena casa, no, compraron muchas, propiedades por todos lados. Pareciera que les urgía gastarse el dinero de todo lo que robaban y saqueaban”. Y ahondó con suficiencia que al respecto de las irregularidades vinculadas con alcaldes, cuando dijo que ciertos ediles habían contratado empresas constructoras de las que eran socios, para contratar servicios de obra por parte de los ayuntamientos.

“Ahí ya están cuadrando el fraude que se está haciendo, no hay una manera de poderlo ocultar, es muy obvio, lo hicieron muy obvio y fueron muy pendejos para hacer las cosas, en todo el contexto de la palabra”, afirmó.

Las preguntas pertinentes cuando la cabeza del estado se anima así a señalar y condenar son muchas pero hay dos esenciales.

¿Cuándo llegará la hora en que hagan un evento en el renovado Teatro del Pueblo con transmisión estatal en cadena, con lives en redes sociales presentando un deslinde de daños al erario público y ubicaciones de las propiedades de Juan Manuel Carreras, incluyendo la casa de Real de Catorce, el rancho de Fernando Toranzo en Querétaro, las infinitas tierras y propiedades de la familia De los Santos incluyendo el penthouse de Miami?

¿Qué van a hacer en el propio Congreso para pedirle cuentas al diputado Kako Leal Tovías sobre sus cuentas bancarias, propiedades y manejos turbios con el ayuntamiento de Villa de Reyes y los magnates dueños del proyecto Ciudad Maderas?

¿Qué pasaría si realmente hay un cambio que sí se note entre la simulación del discurso cansado y repetitivo y actos reales que vayan más allá de las metáforas de cajas de huevo (donde tampoco se transparentó ni el proceso, ni el monto)?

Son nuevos tiempos sí y hay un grado de confianza ciudadana inusitado, pero ése también se puede revertir pronto si las cosas no tienen verdadero fondo.

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