A LO QUE TE TRUJE
Por Chencha
Hay mucho que diseccionar cuando se trata del movimiento 4T. Sus defectos son evidentes, y muchos de nosotros hemos ejercido nuestro derecho a criticarlo, analizarlo meticulosamente y, en ocasiones, incluso lanzar mordaces ataques para desacreditarlo. López Obrador, antes conocido por sus poco convencionales “Mañaneras”, se ha transformado en algo parecido a un “dictador” transversal entre los poderes. Acusa, sentencia, dice la verdad, todo ello mientras mantiene el dominio de un discurso que, a pesar de sus clamorosos errores, hace que su popularidad personal siga subiendo como la espuma. El verdadero problema no es lo que ha conseguido perpetuar, que es la percepción de que está provocando un cambio notable. Más bien, es que él es sólo el comienzo de este viaje transformador.
Gracias a la meticulosa delineación del programa de trabajo de su futuro gobierno por parte de Morena, ahora contamos con un proyecto claro para nuestro proceso de toma de decisiones electorales.
En la próxima contienda electoral de junio, nadie se verá sorprendido por las posibles consecuencias de una victoria de Morena en México. Para bien o para mal, la trayectoria de la nación se verá significativamente influenciada.
Uno de los cambios más significativos en el horizonte implica una revisión planeada de la Constitución, dirigida a transformar fundamentalmente la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esta transformación implica pasar de la tradicional designación de ministros, jueces y magistrados a un sistema en el que su encumbramiento sea determinado por el voto popular.
Incluso antes del proceso de selección del candidato de Morena, el Presidente había articulado sus intenciones. Ahora refuerza sus motivos para reformar el Poder Judicial con la siguiente afirmación: “Que el poder está actualmente secuestrado, es innegable su servilismo a las mafias del poder económico y político”.
Mientras tanto, en Chilpancingo, el mismo miércoles, Claudia Sheinbaum, abanderada de Morena, imploró a los miembros del partido trabajar con diligencia para asegurar una mayoría contundente tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Ese dominio allanaría el camino para una reforma constitucional sin precedentes. Esta enmienda pretende facultar a la ciudadanía para elegir directamente a todos los jueces y ministros, cimentando la fusión de la autoridad judicial con la voluntad del pueblo.
Para aquellos que creen que la justicia debe estar entrelazada con la política y que el ascenso a la magistratura debe basarse en la popularidad y la financiación de las campañas, el camino por delante es claro cuando se trata de hacia dónde deben dirigir su lealtad y su voto el próximo 2 de junio.
La tan cacareada “deflación” de Xóchitl es una progresión natural y no debería suscitar demasiada preocupación. Ella es la estrella emergente de una oposición desbordada y falta de protagonismo. Pero el verdadero foco de la conciencia colectiva debería estar en si queremos dejar que AMLO cumpla su visión de transformar el país en una democracia populista en toda regla, desmantelando instituciones, transfiriendo poderes y perpetuando una idea que murió con la caída del Muro de Berlín o que está encapsulada en Corea del Norte.
Mucho ojo, para los que dicen que el gobierno local potosino es un símil del federal, hay evidentes coincidencias sí, pero también un largo etcétera de distancias basadas en el pragmatismo y el manejo de dos clases abismalmente diferentes de liderazgos.
