La organización internacional Human Rights Watch (HRW) documentó que el ejército de Israel ha arrojado bombas de fósforo blanco sobre Gaza y Líbano en el marco del “asedio completo”. De acuerdo con la organización, el fósforo blanco tiene un efecto incendiario “significativo” y su uso en Gaza “viola el derecho humanitario internacional, poniendo a los civiles en un riesgo innecesario”.
La organización confirmó que el ejército de Israel lanzó bombas de fósforo blanco contra el puerto de Gaza y contra dos localidades de Líbano ubicadas cerca de la frontera; en el caso del territorio palestino, el ejército arrojó proyectiles que se fragmentaron en 116 cuñas ardientes, que cubrieron un área de 259 metros de diámetro.
La ONG denuncia que el uso de arma en áreas “densamente pobladas de Gaza viola el requisito bajo el Derecho Internacional Humanitario de tomar todas las precauciones factibles para evitar las lesiones y pérdidas de vidas civiles”.
¿Qué es el fósforo blanco?
El fósforo blanco opera a una combustión cuando entra en contacto con el oxígeno, la cual puede alcanzar mil 500 grados. Al tocar la piel humana, el fósforo quema a las personas “térmicamente y químicamente”, se infiltra en las venas y puede dañar los órganos. “Las quemaduras, incluso las leves, son a menudo letales”, recalcó.
Este elemento se prohibió contra su uso civil en la Convención de Armas Químicas de 1997 ratificada por 193 naciones. El fósforo blanco sí se puede utilizar para crear una cortina de humo, pero no contra civiles.
Cuando los artefactos de fósforo blanco estallan, las partículas de níquel y cobalto crean un polvo que se comporta como una metralla. Esta provoca un calor de 815 grados centígrados y se ve cómo crea un humo espeso y luz. En la población civil puede provocar quemaduras químicas, fallos orgánicos, daño a la médula ósea o tejidos que provocan la muerte.
El Financiero