Por: Bruno Laine
La historia de la administración pública en San Luis Potosí tiene episodios que brillan por su excelencia y otros que se ven empañados por la incompetencia. Sin lugar a dudas, la gestión de Leonel Serrato Sánchez como Secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT) pertenece a esta última categoría.
Un grupo conformado por 40 denunciantes, identificados como concesionarios y choferes del servicio de transporte público en la modalidad de taxi, levantaron su voz contra las omisiones de Serrato. El 20 de octubre, presentaron una solicitud de juicio político contra el exsecretario, poniendo en evidencia su inercia frente a problemáticas claras. El 11 de febrero de 2022, los taxistas ya habían informado sobre vehículos operando sin las debidas concesiones o permisos. La respuesta de Serrato fue insuficiente y evasiva.
El transporte público es vital para la movilidad y la vida diaria de los ciudadanos. Sin embargo, bajo la supervisión de Serrato, se permitió la proliferación de un transporte irregular en zonas como Villa de Pozos. En lugar de tomar medidas drásticas, el entonces secretario optó por sugerir que la gente simplemente no lo utilizara. ¡Qué solución tan innovadora!
Pero las acusaciones no terminan ahí. Se señala que Serrato otorgó concesiones de manera arbitraria, introduciendo figuras inexistentes en el proceso y, por ende, violando la ley. Sumado a esto, los testimonios de concesionarios que se sintieron humillados e insultados por el exsecretario solo muestran un patrón de abuso de poder.
La renuncia de Serrato el pasado 28 de abril quizás cerró un capítulo oscuro para la SCT, pero no borra la mancha que dejó en su paso. La pregunta es, ¿cómo se le permitió operar con tanta impunidad? ¿Dónde estaba el control y la supervisión?
San Luis Potosí merece mejor. Merece líderes que se dediquen a servir al pueblo, no a sus propios intereses. Mientras Serrato regresa a un cargo en los Programas del Bienestar, los potosinos siguen esperando justicia y transparencia. Es imperativo que se lleve a cabo una revisión exhaustiva de su gestión y se corrijan las irregularidades. Solo así se podrá restaurar la confianza en nuestras instituciones.
No es un asunto menor. Con el horizonte de la contienda electoral de 2024 acercándose, es imperativo que se aclaren y resuelvan los cuestionamientos que pesan sobre Serrato. Antes de que busque un puesto de elección popular, San Luis Potosí merece saber la verdad y merece justicia. La confianza del electorado no se regala, se gana con integridad y transparencia, y es hora de que quienes han tenido el honor de servir al público rindan cuentas.
